POR FERNANDA DI BENEDETTO
Como turistas o como visitantes, cuando pensamos en el Conurbano bonersense pensamos en visitar lugares típicos como el Puerto de Frutos en Tigre, la República de los Niños en Gonnet, el río en las zonas de Martínez y Vicente López, o parques como el Parque de la Costa o Temaikén.
Cualquiera de esos lugares son los primeros en ser recomendados a cualquier persona que quiera dar un paseo por el extenso territorio, además de ser los primeros que aparecen en las búsquedas que hacemos en páginas como Tripadvisor.
Ahora bien, como todo espacio urbanizado, cada lugar tiene su lado B, aquellos rincones en los que nadie repara, pero que son dignos de reconocimiento. Poner la lupa en estas atracciones no siempre es tan obvio como cuando se te presenta una inmensa infraestructura con 89 años de antigüedad e historia como, por ejemplo, la Catedral de La Plata. A veces hay que saber mirar para encontrar sus maravillas.
Así lo demostró The Walking Conurban, un proyecto que nació en el 2018 con la finalidad de viralizar estos espacios. “La intención es mostrar los multiversos y los múltiples escenarios del Conurbano bonaerense, escenarios que nosotros consideramos postapocalípticos ligados al abandono, al avance de la naturaleza sobre construcciones olvidadas”, cuenta Diego Flores, creador de la cuenta de Instagram @thewalkingconurban junto con Guillermo Galeano, Ángel Lucarini y Ariel Palmiero.
Estos cuatro amigos de Berazategui son la prueba de que los grupos heterogéneos funcionan de maravilla. Combinando un comunicador, con un sociólogo, un programador y un martillero crearon una página que en principio no tenía perspectiva de crecimiento y hoy, reúne 213 mil seguidores y 3.345 posteos.
“Yo creo que la motivación que motorizó mucho de esto fue la ignorancia, nosotros teníamos una idea del Conurbano bonaerense”, comenta Diego, haciendo énfasis en la importancia de contextualizar lo que encuentran: “También está bueno para pensar procesos políticos, culturales y económicos y cómo estos procesos dejaban sus marcas a través de las construcciones y demás en el territorio”.
A través de su cuenta en Twitter @walkingconurban, invitaron a sus seguidores y mayores proveedores de fotos a votar por las 8 maravillas del Conurbano, llegando a quedar entre los finalistas la torre de agua titulada El Tanque Absoluto, una puerta de entrada titulada La Puerta del Pereyraburgo (haciendo referencia a La Puerta de Brandeburgo, un histórico símbolo de Berlín), y la Pava Goliat, un tanque de agua con forma de pava de mate.
Con respecto al caudal de fotos, reciben entre 30 y 50 fotos por día, lo que les permitió engrosar la base de datos para tener Conurban para rato. “Tratamos de mantener el feedback con la gente porque porque es algo que queremos hacer, que hicimos desde un primer momento y porque además con ese ida y vuelta nosotros hemos descubierto o nos han contado un montón de historias, cosas que no sabíamos”, cuenta Diego, haciendo hincapié en que ahora, al tener tantos mensajes, se complica un poco más mantener esa comunicación fluida e instantánea, pero aún así continúan fomentando el debate y el intercambio de ideas con los seguidores del proyecto.
La obra de Rubén Díaz en Ituzaingó es de las que más captan la atención del grupo de amigos. “Según su propia palabras, está creando como una nación a micronación y está armando distintas obras e intervenciones sobre la vía pública o en casas, y esto nos lleva a encontrarnos por ejemplo con una Torre Eiffel, con una Torre de Pizza, con un Arco del Triunfo”, menciona Diego.
“En la usina hidráulica conocimos a Cristian, una persona en situación de calle que se fue a vivir ahí y recibe a la gente que va a sacar una foto, es muy buena onda la verdad”, cuenta Diego, y resalta la calidez de Cristian por sobre las veces que la gente que reside en lugares abandonados tienden a ser celosos de sus espacios y no permiten que saquen fotos, mucho menos que recorran por ahí.
Sin dudas, The Walking Conurban conforma una propuesta alternativa con respecto a las atracciones que hay en la Provincia de Buenos Aires. De forma integral, logró combinar la estética del Conurbano con el contexto social, político y económico, dando lugar a reflexiones y debates tan amplios como lo es el territorio donde habitan estas estructuras.
