Una influencer invita a derribar mitos sobre personas con discapacidad

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Daniela Aza es comunicadora social y detalla cinco creencias erróneas cargadas de prejuicios que evitar naturalizar la diversidad en la sociedad.

Daniela Aza es comunicadora social y una influencer en redes sociales sobre los temas de discapacidad.

En un artículo, enumera cinco mitos sobre las personas con discapacidad fuertemente arraigados en el imaginario de la sociedad que dificultan una verdadera inclusión.

Daniela sostiene que hay ciertos prejuicios y creencias erróneas que hay que erradicar para naturalizar la discapacidad como parte de la diversidad.

Los cinco mitos que menciona son:

1- Tener una discapacidad es una desgracia: El primer punto que Daniela menciona, reconoce que la discapacidad “trae un mundo de desafíos que no son fáciles de enfrentar dependiendo del entorno, la condición y las circunstancias”, pero advierte que existe una idea generalizada alrededor de una visión trágica de la discapacidad que genera lástima, pena y compasión.

“Pensar la discapacidad como una tragedia invita a pensar a las personas que la afrontan, y sus familias, como infelices, incapaces y dependientes”, advierte y remarca que las personas con discapacidad no sólo pueden tener una vida plena sino que el padecimiento tiene que ver con las barreras y los obstáculos de la sociedad.

2- La discapacidad es una enfermedad: “La discapacidad no se cura, se acepta porque, aunque nuestra situación viene en ocasiones de un diagnóstico médico, las personas con discapacidad no estamos enfermas”, subraya Daniela en este segundo punto.

3- Las personas con discapacidad son asexuadas y son niños/as eternos: “Aún hoy persiste en el imaginario una concepción asistencialista que no considera a la persona con discapacidad como sujeto de deseo o capaz de experimentar placer sino como pasivo, “incapacitado” de amar y ser amado (o de tener relaciones casuales), infantil y asexuado”, explica Daniela y afirma que es una perspectiva errónea crear que las personas con discapacidad no pueden tener una vida sexual.

4- Las personas con discapacidad no pueden trabajar: En este punto manifiesta que el gran desafío es que las empresas y organizaciones piensen en los beneficios que una persona con discapacidad puede traerles. “Las personas con discapacidad seguimos siendo una carga en la medida en que no se naturalizan los apoyos y adaptaciones ni se contemplan las fortalezas y capacidades de la persona, sino que se consideran principalmente las falencias”, afirma.

5- Las personas con discapacidad no pueden ser independientes: “Que las personas con discapacidad puedan, más allá de su diagnóstico y su condición, alcanzar la autonomía es una responsabilidad del entorno que debe establecer los mecanismos para que eso sea posible” reflexiona.

FUENTE: DIVERSIDAD

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