POR CRISTINA ONETO
Dentro de toda persona hay fueguitos, llamas y fogatas encendidas y una vida secreta desde muy tierna edad. Como propone Galeano en su famoso cuento, cada persona es algún tipo de “fueguito”. Esas llamas y fogatas están siempre listas para ser cultivadas y avivadas con combustibles esenciales como amor, cuidado, admiración y respeto. En ellas habitan pasiones, instintos, entusiasmo, innovación y muchas sabidurías por desplegar, son visionarias.
La socialización y los modelos metales, los mitos culturales, los cuentos de hadas, las películas y las novelas desde siglos atrás han apagado con vehemencia esas pasiones, derrotando el entusiasmo casi definitivamente, asignándoles cierto roles y obligaciones a las mujeres que fueron así, domadas para no encontrar ni respetar su fuego interior, ni su pasión, ni su visión.
Resalta al respecto, la autora de “Mujeres que corren con Lobos” Clarisa Pinkola Estes, que también hay “una parte de la mujer salvaje en peligro de extinción”, ya que, en este proceso demoledor de su “esencia instintiva más profunda” el mismo se diluye de manera casi imperceptible.
Los procesos sociales evolutivos y las crisis extremas generan nuevas consciencias y cambios humanos. Nos ha tocado la suerte de observar el momento mágico en el cual, casi todas las mujeres e incluso algunos varones “alzan su voz por más mujeres y equidad en todos los ámbitos”. La política, el poder, los directorios, tener voz y voto, “ser admiradas, cuidadas y respetadas por quiénes son” y el valor único e irremplazable que aportan.
Corredoras de Fórmula Uno, Futbolistas, Escaladoras, Voluntarias en ONGs, Pilotas Comerciales y de Guerra, Camioneras y Taxistas, Barrenderas y Ecologistas, Estudiantes, Decanas y Rectoras, Operarias, Supervisoras, Gerentes y CEOs, Investigadoras, Camilleras, Enfermeras y Médicas, Peonas, Ingenieras Agrónomas y Productoras Agropecuarias, Asistentes de investigación y Premios Nobeles, y muchas, muchas más carreras profesionales.
Todas ellas sienten pasión por su quehacer y por su futuro en ese quehacer. Seguramente, alimentaron ese fuego interior desde hace tiempo y han sido alentadas por su entorno sin importarles el qué dirán.
Todas ellas, necesitan el apoyo de cada mujer y cada varón consciente que el mundo, es mucho mejor cuando se logra trascender, siendo lo que cada mujer está llamada a ser.
Todas ellas lo merecen.
El mundo es peor, cuando estos fuegos son apagados, aplastados por miedos, competitividad, envidias, recelos, y viejos atavismos que nos anclan a todos.
Me emociona que hoy, aquí en este momento, un varón me pide que escriba estas líneas.
Me emocionan mi pareja y mis hijos varones que me alientan en este camino.
Me emociona ser parte del equipo de líderes y fundadoras de Lean in, asociación mundial sin fines de lucro de mujeres y varones, liderada en Argentina por Dolores Cortes y globalmente por Sheryl Sandberg, donde apoyamos a mujeres que aún no logran despegar de la, ya vieja, cultura de ser postergadas, no miradas para el ascenso y la capacitación, despojadas de la oportunidad de confiar en sí mismas, negadas de recibir ese impulso necesario de parte de un jefe o colega.
¡Adelante mujeres y varones, ayudemos ya hoy a facultar a estas niñas y mujeres del futuro, con ellas nos espera un mundo mejor, con “respeto, admiración y cuidado mutuos” todo es posible!
Cristina Oneto es especialista en Evaluación del Potencial y Cultura en Empresas | Coach Ejecutiva Organizacional PCC ICF | Confidential Advisor | Supervisora de Coaches | Apasionada por los temas de género, fluir y desarrollo humano | Terapeuta Bioenergética y Sistémica | Lic en Adm de Empresas
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