Gracias a la subrogación, una mujer con discapacidad pudo ser madre

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Mariela es psicóloga y dirige el Equipo Adip, un centro educativo terapéutico de apoyo a la integración escolar. Nació con una discapacidad neuromuscular que hace que no pueda caminar, entre otras cosas. “La silla es parte de mi vida, realizo una vida como la de cualquier otra persona, teniendo en cuenta todos los dispositivos de apoyo que necesito para funcionar”, explica.

Entre sus limitaciones, se encuentra la de gestar un embarazo. Es por esto que comenzó una exhaustiva búsqueda de métodos para convertirse en madre. Se inscribió en el Registro Único de Aspirantes con Fines adoptivos (RUAGA), estuvo en lista de espera, pero nunca la llamaron: “Tenía un deseo muy grande de formar una familia por eso nunca bajé los brazos”.

Sin dudarlo, siguió adelante hasta que su oportunidad llegó: “A través de la adopción nunca obtuve una respuesta favorable entonces, intenté por medio de tratamientos en el exterior, pero no prosperó. Finalmente, se dio muy cerca mío a través de una subrogación de vientre acá en Buenos Aires”.

El bebé nació por medio de una cesárea programada de una mujer que, según describe Mariela, “es una gestante maravillosa, a la que acompañé desde el minuto en el que se hizo la transferencia”.

Mariela quiere dar a conocer su historia para derribar los prejuicios y la falta de información sobre las mujeres con discapacidad y la maternidad: ”Por mi problemática de base neuromuscular considerábamos un riesgo médico poder llevar un embarazo durante nueve meses, para mí y también para mi bebé, por eso decidimos que fuera a través de un vientre solidario”, explica.

Fuente: TN

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