El teatro, un arte que nos hace más humanos y nos iguala

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En el Día Mundial del Teatro, consultamos a tres expertas en la materia sobre cómo esta disciplina artística tiene la capacidad de generar un espacio de integración.

Liliana Villena, secretaria, coordinadora teatral y codirectora del electo teatral Desafiarte explica que “el teatro no es un lugar para sueños pequeños”.

“El teatro es un hecho colectivo y nunca individual y eso expone a la persona en su máxima expresión”, asegura. En ese sentido, señala que este arte “modifica mucho la vida de las personas” y en el caso particular de las personas con discapacidad les permite la posibilidad de ir transitando el escenario con soltura.

En este sentido desglosa la palabra “discapacidad” y señala que el prefijo “dis” hace referencia a lo que no tengo, a las barreras, a los estigmas, a los estereotipos y la segregación. Mientras que, “capacidad” es lo que sí tengo. En Desafiarte, trabajan a través del teatro y el arte, las capacidades: “la autoestima, la aceptación, las oportunidades, la libertad, la aceptación y la ciudadanía”.

Por su parte, Adriana Torriglia, presidenta de la Fundación Desafiarte, señala que en el teatro el público “no ve a un actor ciego o con discapacidad, Síndrome de down, parálisis cerebral”, lo que observa es a un intérprete “inmerso en la narrativa de la obra que representa”. “Esa es la magia del teatro: ése diálogo imperceptible entre actores y espectadores y la posibilidad de que el actor en cada función permita conmover reflexionar”, señaló.

Para Liliana, este arte permite la exploración sensorial de la corporalidad y la sensibilidad emotiva, lo que lleva a conocer y desarrollar la expresión comunicativa.

“El teatro permite poder entrar en el cuerpo de otro, en la conducta del otro y comprender al otro”, reflexiona. “No solo iguala capacidades, sino que las potencia y pone el convivio y lo diverso”, agrega Adriana.

El teatro como laboratorio de humanidad

Para Carolina Britos, actriz, doblajista, comunicadora, docente y directora de la Usina Teatral, “no existe el teatro sin el trabajo con el otro”, por eso asegura que es algo que “nos hace más humanos” y nos saca de la vida automatizada que llevamos.

“Estamos tan automatizados y domesticados que esa humanización nos lleva a exclusión marginación, competencia y juicio. El teatro es una herramienta y la posibilidad de recuperar esa humanidad”, manifestó.

“La automatización nos lleva a la exclusión y el teatro es una herramienta de integración”, afirmó.

Fuente: Diversidad

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