La Organización FUBIPA asiste a personas con trastorno bipolar a través de grupos de autoayuda
POR ALEXANDRA BARRETO
Dos médicos psiquiatras, dos personas afectadas por trastorno bipolar y un familiar, dieron inicio a FUBIPA en 1991. Los objetivos de la fundación son difundir el conocimiento del trastorno bipolar y la posibilidad del tratamiento exitoso del mismo, informar a los profesionales sobre los adelantos en el tratamiento eficaz mediante charlas a cargo de profesionales y pacientes recuperados, impresión de publicaciones, promover la investigación, realizar reuniones periódicas a las que podrán recurrir personas que se encuentren en tratamiento.
La enfermedad bipolar se caracteriza porque el paciente presenta desviaciones extremas del ánimo. Se llama así porque oscila desde el polo de la manía al polo de la depresión. Está causada por un desequilibrio bioquímico del cerebro. El tratamiento conlleva atención psiquiátrica, psicológica, medicación pero sobre todo ser escuchados por sus similares.
Otto Senff (23) y Alejandra (40) encontraron en esta ONG un halo de esperanza. Ellos asistían a las reuniones que se realizaban de manera presencial antes de la cuarentena. Actualmente estas sesiones se realizan vía zoom.
Otto Senff es diseñador brasileño radicado en Buenos Aires hace 5 años, y se enteró de las reuniones de grupo hace dos años, por una amiga.
“Me tomé mi tiempo para poder llegar, pasado el miedo decidí ir a una reunión para probar, fue algo increíble, no quise hablar al principio (la timidez me tomaba) pero al escuchar a los demás me di cuenta de algo: ¡Ese era mi lugar, éstos son como yo!”, agrega que se vive un ambiente de generosidad.
“Cuando alguien nuevo concurre, llega sin saber nada y sin saber muchas veces de sí mismo, sólo quiere ser normal y aceptado. Aprendí que soy la persona más importante de mi vida, pero hay otros que necesitan que alguien mínimamente les dé una luz cuando todo es oscuro”.
Por su parte Alejandra (40), ejecutiva de ventas, también encontró que las reuniones de FUBIPA eran su cable a tierra.
“Llegué a los grupos hace dos años cuando había terminado una relación sentimental y mi psicólogo no podía atenderme. Investigué en la web y conseguí información, cuando llamé por teléfono para tener información, sentí que no estaba sola. Empecé a asistir a las reuniones y me sentí identificada con las historias que se narraban, compartí mi testimonio, cargado de angustia, fue un desahogo sanador”, comenta Alejandra.
Comenta que los coordinadores, sugirieron que buscara una nueva ayuda psicológica como soporte y que tratara de no faltar a las reuniones. “En esos encuentros también hice de amigos, compartimos café y muchas sonrisas. El grupo cumplió un rol muy importante, sigo con mi tratamiento, atenta a controlar situaciones de estrés o que puedan desencadenar recaídas, estoy muy agradecida a Fubipa”.
FUBIPA funciona en diversas ciudades de Argentina por donaciones de sus integrantes que ayudan a sostener gastos. Además tienen una revista denominada El Equilibrista.
Más información en: www.fubipa.org
