Activista medioambiental pide responsabilidad a empresarios ante la pandemia

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Se trata de una activista africana, originaria de la aldea Masodi, Mokopane en la provincia de Limpopo de Sudáfrica. 

Margaret Ghogha Molomo es una activista medioambiental sudafricana que actualmente ocupa el cargo de vicepresidenta de la Mining and Environmental Justice Community Network of South Africa (MEJCON-SA) y el de coordinadora de la organización comunitaria, el Kopano Formation Committee.

A través de su activismo y junto a la comunidad de Mokopane, “lleva luchando durante mucho tiempo contra una gran mina de platino que opera sin haberles consultado. La mina también lleva operativa en sus tierras sin que haya pasado de zonificación agrícola a una apta para la minería. Las empresas mineras también pretendieron exhumar algunas de las tumbas de la comunidad sin consultarles”, según comenta la página oficial de ONU Derechos Humanos.

“Luchamos encarnizada pero eficazmente contra la mina sobre estos aspectos”, declara Ghogha Molombo. “La comunidad sigue luchando contra la mina por medio de recursos y procesos judiciales a fin de garantizar que no solo cumpla con sus obligaciones medioambientales, sino también con sus responsabilidades sociales para con la comunidad”.

La pandemia que generó el COVID-19 limitó considerablemente la labor de Ghogha Molomo, cuya mayor parte requiere asociación y libertad de movimiento para movilizar y educar a su comunidad. Además, su comunidad habita en zonas rurales profundas en las cuales no llega conectividad. La mayoría de sus miembros no disponen de los recursos de comunicación necesarios para asegurar la inclusión y la participación en los procesos y las intervenciones fundamentales con las empresas mineras y el Departamento sudafricano de recursos minerales y energía.

“La participación de las mujeres, incluso en circunstancias normales, siempre ha supuesto un reto en las aldeas tradicionales en las que los sistemas culturales suelen suprimir e ignorar las voces de las mujeres”, comenta Ghogha Molomo. “Esta exclusión ahora se ha visto incrementada por las nuevas necesidades de comunicación que ha impuesto la pandemia”.

La comunidad de Ghogha Molomo ha luchado siempre por la protección de lugares patrimoniales importantes ante las actividades de la minería. “Lo único que desea la comunidad es que la mina cumpla la ley. La existencia de una mina dentro de una comunidad inevitablemente compromete las vidas de sus miembros, el incumplimiento es llanamente una violación directa del derecho constitucional de las personas a la vida”, concluye la activista.

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