Un jubilado perdió su billetera y les regaló un asado a los obreros que la encontraron

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Al hombre se le cayó el monedero mientras andaba en bicicleta por las calles de la ciudad de Neuquén.

Luis García, un jubilado de 60 años, paseaba el martes por la tarde con su bicicleta por las calles de la ciudad de Neuquén, cerca de la terminal de ómnibus, cuando una mujer lo freno para avisarle que su riñonera estaba abierta, por lo que todo lo que llevaba dentro se había caído en algún lugar del trayecto que ya había recorrido.

Ante el aviso de la chica, Luis revisó y se dio cuenta que le faltaba su billetera donde llevaba todos sus documentos. El mal momento se solucionó después de que un grupo de obreros se la devolvió y para agradecerles decidió pagarles un asado. Su gesto se hizo viral y él aseguró que solo tiene palabras de agradecimiento.

La foto completa que se sacaron los cinco obreros y Luis durante el asado. (Foto: gentileza de LMNeuquén)

Luis, el jubilado que perdió su billetera mientras andaba en bicicleta, contó a LMNeuquén que estaba haciendo su recorrido habitual cuando sintió que algo se le trabó en los pedales, pero rápidamente se salió y no le dio importancia. Luego entendió que se trataba del monedero que se le había caído de la riñonera.

Tras darse cuenta, decidió retomar el recorrido por donde ya había pasado para tratar de encontrarla. Finalmente, se topó con una obra en construcción y ahí estaba su salvación, en la intersección de las calles Manuel Bejarano y 12 de Septiembre. Uno de los obreros se le acercó y sacó de su mameluco la billetera de Luis: “Acá está”. Además, le aclaró que lo reconoció por la foto del documento.

El hombre agradecido por el acto trató de retribuirle con algo de dinero, pero Pablo, el obrero que encontró la billetera no quiso aceptar. Fue entonces que Luis se le ocurrió una mejor idea para premiar su buena acción: un gran asado.

“Bueno, hagamos una cosa: voy a comprar un pedazo de carne, a buscar unas cosas a mi casa, yo vivo acá cerca, y hacemos un asado, ¿les parece? ¿Cuántos son?”, le consultó el jubilado, a lo que los trabajadores aceptaron de inmediato. “Pasamos la tarde ahí, debajo de unos arbolitos cerca de las vías del tren, donde estaban trabajando los muchachos. Y ahora somos amigos”, contó Luis entre risas.

“Fue una cadena de buenas acciones”

Según le contó Luis al portal Río Negro, es un fiel creyente de las personas y jamás piensa mal del otro: “Creo en la gente, y creo bien. Jamás pienso mal del resto y creo que la persona honesta que encontró mis pertenencias estuvo en ese lugar, por eso”.

“Esto fue una cadena de buenas intenciones. Si la chica no me avisaba, yo no podía saber luego en qué zona había extraviado mis cosas”, agregó el jubilado.

En cuanto a la peculiar forma de recompensar a Pablo y a los demás obreros, Luis aseguró que el asado se hizo bajo la sobra de un álamo y al costado de las vías. “Que sirva para mostrar que todavía hay gente honesta y que es importante que se conozcan las buenas acciones como la de Pablo, principalmente para que otros las imiten”, expresó emocionado.

FUENTE: TN

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