Fue tal el revuelo que generó esta “casa cueva” que las autoridades fueron a revisarla para evitar derrumbes.
Andrés Cantó es un joven de Alicante (España)que vive con su familia en La Romana un pueblo rural de menos de 2.400 habitantes. Está acostumbrado a las aventuras al aire libre y a salir corriendo por la naturaleza, en esos días difíciles de furia adolescente. Aunque, claro, nunca imaginó que de una de esas broncas teen lo iba terminar convirtiendo en un genial fenómeno viral.
A unos metros de aquella excavación que prometía un verano pasado por agua, el chico, que por entonces tenía 15 años, agarró un pico que encontró tirado y se puso a golpear la tierra. “No manejaba yo muy bien las emociones”, bromeó Andrés al relatar la historia en un hilo viral de Twitter.
Pasaron 3 años y con cada arranque de ira el pozo era cada vez más profundo. Fue en 2018 que conoció a su amigo Andreu. “Le comenté lo que quería hacer en el agujero y no tardó en venir todas las tardes con su moto-pico”.
Para el 2019 el joven había construido la primera habitación, a la derecha de la entrada, de su casa subterránea. Se trata de “una buena bóveda de 2 metros”.
La casa ganó tal relevancia en las redes que las autoridades decidieron intervenir e ir a revisar la construcción para ver si allí había algún riesgo. “Me ha tocado pedir licencia de obras ja”, contó el chico sorprendido y anunció que agentes municipales irían a ver la cueva “y a tramitar papeleo”. Horas más tarde aclaró en Twitter que “todo está ok”.
