Tiene daltonismo y es pintor: la historia de Lucho Luna

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Es autor de la historieta “Gato y Mancha” y de varios murales que decoran la Ciudad de Córdoba. Su historia de superación.

Lucho Luna, conocido como “Lucho Cartoon” es un artista plástico, oriundo de Villa Allende, Córdoba que se dedica a hacer murales, ilustraciones y caricaturas. Entre sus creaciones están las historietas de Gato y Mancha y ha realizado colaboraciones de humor gráfico para El Tribuno de Salta. En su mundo el color es un gran protagonista, pero Lucho es daltónico.

Si bien desde chico tenía problemas con los tonos marrones y cercanos al naranja, recién obtuvo su diagnóstico de adulto, luego de acompañar a sus alumnos a una visita sobre ciencia, donde les explicaron los colores.

Allí, mostraban a los chicos las gráficas de Ishihara, el test con el que se detecta el daltonismo, y fue entonces cuando se dio cuenta que su percepción de los colores era diferente al de la mayoría. Tras realizarse las pruebas, los estudios confirmaron que tenía daltonismo y por lo tanto una percepción de colores distorsionada.

“Los estudios son para ver qué colores son los que no distingo o puedo llegar a ver distorsionados. Son burbujas de colores donde la gente ve un número, pero la gente con daltonismo ve otro”, explicó a Diversidad. Si bien ve los colores, hay algunos que pueden generarle cierta confusión como el doble tilde azul en el WhatsApp.

Lucho también es profe de plástica y a la hora de enseñar los colores primarios y secundarios, dicta la parte teórica y la práctica la deja a cargo de los propios alumnos, ya que, en su caso, los rojos los ve más en tono bordó.

“En la primaria sí recuerdo que cuando la maestra me mandaba a elegir el rojo yo elegía el bordó porque el rojo lo noto más naranja”, recordó. “Cuando hago murales me da preocupación qué resultados no estoy viendo, o qué colores no estoy viendo. Por ejemplo, ahora parto del ocre para hacer tonalidad de piel o algo relacionado a la tierra”, reflexionó.

Recibir el diagnóstico

Sobre el momento en que le dijeron que era daltónico, Lucho asegura que sintió alivio por saber lo que tenía y, al mismo tiempo, alegría, porque aún así trabaja con colores. “Siempre sospeché que había algo que no era normal. Así que sentí alegría porque me dedico a un trabajo con los colores y lo puedo hacer, aunque tengo una dificultad. Veo menos colores o distorsionados, pero puedo pintar y eso ya no me afecta”, remarcó.

“Es como para armar un colmo, una ironía. La gente me dice, ¿cómo el profe de plásticas y artes visuales va a ser daltónico?”, ríe.

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