Ruth y Pablo, los campeones integrados de Neuquén

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Ambos lograron medallas de oro en bádminton y tiro con arco en los Juegos Integrados Patagónicos. Su historia de superación y resiliencia para derribar barreras a pesar de las dificultades.

Detrás de cada medallista, de cada logro hay una historia de sacrificio y superación. Ruth Vicente y Pablo Fernández, cuentan la suya que se ve reflejada en la medalla de oro que exhiben con orgullo. Ambos son atletas con discapacidad y este fin de semana se consagraron campeones de los 1° Juegos de Integración Patagónica que se disputaron en Santa Rosa, La Pampa.

Ruth de 34 años quien logró la primera medalla para el bádminton adaptado, empezó una nueva vida a los 17 años después de un accidente que la dejó sin movilidad ni sensaciones en los miembros inferiores mientras que Pablo, de 33, campeón en tiro con arco sobrelleva una hemiplejía congénita del lado izquierdo.

“La verdad venía con ganas de ganar este torneo”, contó Ruth. “De chica practicaba natación hasta los 27 años. Después hice tenis adaptado pero este año empecé con el bádminton que me gustó mucho. Participé en un par de torneos a nivel nacional y, obviamente, perdí pero me puse a entrenar y ya en el segundo torneo se vio mucho el avance”.

Hasta los 17 años Ruth llevaba una vida normal pero de un día para el otro todo cambió. “Estaba en una actividad de campamento y me caí de una tirolesa. Me quebré la columna a nivel dorsal. No siento las piernas y no me puedo mover. Del ombligo para abajo no tengo sensaciones y tampoco movilidad”.

Duros momentos porque “había que aprender todo de nuevo: a higienizarme, a moverme, a realizar tareas diarias y un cambio muy grande para la familia también. Pero pudimos salir gracias a todos ellos: la iglesia, mi novio y la gente que siempre está apoyándonos. A todos ellos les dedico esta medalla”, indicó emocionada.

“Desde el accidente me manejo en silla de ruedas y todo lo que pueda hacer lo hago. Trabajo y estudio arquitectura. Estoy en cuarto año y hago deporte porque es un camino de superación. Yo nunca dejé de hacerlo y seguí intentándolo después del accidente. Primero, para cuidarme, por salud y, también porque es una actividad muy buena para socializar, conocer gente, no quedarse. El deporte te permite conocer otras personas con discapacidad de distintos tipos que sirve para ir apoyándonos todos juntos y desafiándonos cada uno a lograr un poco más”, señaló.

“Estoy feliz por haber participado de este torneo y ser la primera neuquina en practicar el bádminton en silla de ruedas. Haber conseguido la primera medalla es un orgullo muy grande. Por eso estoy tan agradecida al Club Neuquino de Bádminton que me recibió con los brazos abiertos. Ojalá que en la próxima edición tengamos más jugadores en silla participando y se pueda abrir la competencia con Chile que también es muy fuerte. Sería muy bueno seguir representando a la provincia en un torneo de integración con Chile”, se ilusionó.

En el caso de Pablo Fernández su discapacidad no fue producto de un accidente sino de una malformación congénita y también encontró en el deporte -en este caso en la arquería- un medio para vincularse desde otro lado y superarse. “Es la primera vez que estoy en el seleccionado y mi primera medalla para Neuquén así que estoy muy feliz por este logro”, afirmó.

“No hay muchas personas con discapacidad que practican este deporte así que estuve todo el año entrenando con el seleccionado nacional. Para este torneo pedí competir en tiro olímpico ya que tiro así en elite y como arquero convencional. Pero bueno, me dijeron que no, que tenía que tirar raso a quince metros en un blanco de ochenta. Al principio no pude controlar los nervios pero después me relajé y me sentí cómodo”, señaló el flamante campeón patagónico que también es el primero en lograr una medalla dorada en la disciplina adaptado que hizo su estreno en estos juegos.

“Yo me crié en Junín de los Andes. Desde el ’98 que vivo allí y hago tiro desde los 10 años. Siempre me gustó. Desde que encontré una caña en un cordón de la calle y me hice un arco. Antes practiqué básquet y artes marciales como taekwondo, judo y kung fu. Cuando estuve en el colegio secundario un profesor del área de discapacidad, Carlos Manjón me recomendó un profesor a quien le compré un arco que todavía tengo y con el que tiré en este torneo”, recordó con la medalla colgada en el pecho.

Ruth y Pablo, también campeones de la vida: emotivas historias de superación

Fernández destacó esta posibilidad que abren los Juegos de Integración Patagónica para esta disciplina “ya que habitualmente participó en los torneos convencionales y me parecen muy buenas estas iniciativas porque hay que fomentar el tiro con arco y las disciplinas para personas con discapacidad. Esta medalla se la quiero dedicar a mi mamá Bety, a mi alumna Lucrecia Adad que estuvo también en este torneo y a mi ahijada Sofía Díaz que tiene tres años pero ya ha agarrado arcos y, seguramente, será tiradora en el futuro”, señaló orgulloso.

“Como siempre dije concluyó- cuando agarro un arco soy yo no importa si tengo discapacidad. Soy un arquero por sobre la discapacidad”. Pablo y Ruth, dos neuquinos campeones en los Juegos y en la vida.

FUENTE: LM NEUQUEN

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