POR ALEXANDRA BARRETO
Nuestros pies merecen un cuidado extremo, soportan el peso de nuestro cuerpo, nos permiten caminar junto a otras estructuras y en ellos podemos ver reflejado nuestro estado de salud. Conocida también como terapia zonal, la reflexología es una práctica que consiste en la estimulación de ciertos puntos de nuestro cuerpo.
Para profundizar de esta técnica, conversamos con Mabel Alejandra Dávila, autora del libro “Reflexología Infantil”, creadora del método de reflexología para la integración en la medicina convencional.
¿De qué manera ayuda la reflexología a mejorar nuestro cuerpo?
Es una terapia de abordaje holístico que trabaja a través del sistema de reflejos del organismo potenciando recursos naturales de regulación. De esta forma, un terapeuta puede lograr inducir estímulos que generen respuestas neuro bio endócrinas fomentando el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Complementa, con sus recursos, cualquier tratamiento médico mejorando la calidad de vida en procesos de enfermedades crónicas, en la oncología, las enfermedades neurodegenerativas. También ayuda a la persona a regular emociones, el estrés, la energía, la circulación sanguínea, desintoxicación.
¿Cuántas sesiones son necesarias?
No hay un número que diga para tal problema tanta cantidad de sesiones que lo resuelve, porque todo depende del estado y tipo de patología y de la persona cuán capaz sea de absorber el estímulo y cómo lo recepta. Lo que sí sabemos, por la práctica, es que en un período de 7 días el estímulo va accionando en el organismo y luego decae por eso es importante realizarse una sesión semanalmente y cada 21 días ir evaluando qué cambios va generando en la persona.
¿Cómo es una sesión de reflexología?
Cada estimulación tiene un lugar determinado de ubicación y una técnica de aplicación que van recorriendo a la persona a través de los microsistemas reflejos en su totalidad. El tiempo de la sesión es de aproximadamente 40 a 50 minutos dependiendo el objetivo terapéutico. En nuestro país se aplica con el paciente acostado en camilla boca arriba pero también hay métodos que lo hacen boca abajo o en sillones especialmente diseñados para la atención.
¿Cómo debe preparase un paciente?
Por ser una terapia natural no significa que sea inocua. La piel es un órgano que absorbe y expulsa por donde los agentes patógenos encuentran vías de acceso y por donde la toxicidad del organismo puede salir. Si bien en la reflexología hay un intercambio energético que gesta la comunión entre terapeuta-paciente, es importante hacerlo en forma segura para el paciente y para nosotros mismos.
¿Con la pandemia, que precauciones se toman en cada sesión?
El uso de guantes es para cuando una lesión in situso subyacente, en el pie del paciente o en la mano del terapeuta, hacen peligrar ese contacto. Ahora hay que agregarle el barbijo, y una máscara o antiparras por la proximidad que estamos con la persona durante la atención. El uso de alcohol, para la higiene previa a la atención es muy importante, al igual que mantener los espacios aireados y usar descartables de camillas. También solemos usar cremas por lo cual es fundamental que sean con vertedores, jamás tomarla de pomos o pote porque estos se contaminan.