Evangelina González rompió el Récord Guinness: recorrió 2.150 kilómetros en skate eléctrico, superando la marca femenina de de 1.210 kilómetros y la masculina, de 1.440 kilómetros. Salió de Frankfurt, Alemania, atravesó Francia y llegó a Madrid, España, 31 días después.
Su viaje comenzó el 30 de septiembre y terminó el 30 de octubre. Durante un mes, Evan realizó entre 60 y 100 kilómetros por día, teniendo en cuenta el terreno, la autonomía del skate y las condiciones climáticas.
Empezó a andar en skateboard tradicional y se animó a realizar su primer travesía en uno eléctrico en Luxemburgo, donde recorrió 65 kilómetros. “Andar en skate es divertido. Al no tener que impulsarte con el pie, hay una cuestión de mantener el balance. Es una actividad que vivís con todos los sentidos: el viento en la cara, estar concentrado, con la vista el el trayecto, los olores del camino… Para mantener el equilibrio es necesario utilizar todo el cuerpo”, explicó Evangelina.
Persiguiendo su destino
Se crió con su familia en el campo, pero “no en el campo rico”- aclaró. Durante su niñez, no recuerda haberse ido de vacaciones, debido a la situación económica que atravesaban. La primera vez que viajó fuera del país fue a Estados Unidos. Sus padres pagaron durante dos años, el típico viaje de 15 a Disney.
Por otro lado, señaló que desde los 7 sueña con recorrer el mundo: Tenía una placa de telgopor donde pegaba banderas del mundo. A los 18 años, 5 días después de terminar la escuela, decidió hacer su sueño realidad. Vendió su guitarra eléctrica y haciendo malabares, dedo y tocando música en la vía pública, pudo conocer provincias de Argentina, Uruguay y otros países de la región.
Romper el récord
Sus viajes anteriores fueron la preparación para romper el récord de la mayor distancia recorrida en un skate eléctrico. Ese fue su objetivo desde el principio. Así, su cuerpo se acostumbró al esfuerzo que hay que hacer para lograrlo. Además, pasó muchas horas en el gimnasio, ejercitando las piernas y la espalda, que es lo que lleva el equipaje.
“Hay que planificar las rutas porque cada país tiene sus reglas. El recorrido tiene que ser legal. En algunos países no se puede ir por rutas nacionales, entonces hay que buscar caminos alternativos, ir por adentro. En el viaje anterior tuve que ir todo por el campo”, recordó Evan.
Su último destino antes de intentar romper el récord fue El Camino de Santiago, en España.
La experiencia
El viaje le sirvió para conocerse a ella misma. Descubrió que es más fuerte de lo que creía: “Una planifica la ruta lo más posible, pero después te encontrás con imprevistos y las cosas no salen como te las imaginabas”, explicó, antes de agregar que durante el mes de viaje, en condiciones que a veces pueden no ser tan amigables, se indispuso y eso le generó cierta incomodidad.
Otro de los inconvenientes que tuvo fueron los caminos. Debido a la imposibilidad de transitar por rutas de asfalto, tuvo que buscar alternativas de tierra. Además, ante las condiciones climáticas tan cambiantes, tuvo que circular por calles embarradas, que no estaban en el estado óptimo para usar un skate.
Generalmente, el skate necesita un service a los 1000 kilómetros. Evan tuvo suerte, ya que la herramienta principal para su viaje, proporcionada por su sponsor, Bewatt, la acompañó intacta durante casi todo el trayecto.
De todas formas, 150 kilómetros antes de llegar, su patineta se averió. En ese momento, casi ve frustrado el sueño de romper el récord, pero sabía que si lo lograba, obtendría un monolito interno que la ayudaría a tomar fuerzas en otros momentos de su vida: si podía superar este obstáculo, podría superar otros: “Me di cuenta de que tengo a la mejor familia, a los mejores amigos y al mejor equipo, que me apoyan en todo momento y que me dieron fuerzas para seguir”.
De su último viaje, lo que más le gustó fue la gente a la que conoció en el camino. Atravesó pueblitos de España que ya no tienen casi habitantes y logró hacerse amigos en comunidades de 35 personas. “Eso me sorprendió muchísimo”, señaló.
1 kilómetro más
Su proyecto es 1 km+: la idea es recorrer 5 países en 5 continentes. Ya lo hizo en Europa y en América, donde recorrió Costa Rica. Ahora tiene que planificar sus viajes por Oceanía, África y Asia. “Había seleccionado Israel, pero por motivos de público conocimiento, no podré hacerlo. Ya elegí otro destino pero no lo anunciaré hasta 1 semana antes de comenzar el viaje”, comentó.
Todavía no tiene otro proyecto grande. Su cuerpo debe recuperarse después de un mes de viaje en skate, pero en verano, entre febrero y marzo, viajará a Argentina para recorrer la Patagonia.
Evangelina González: más que solo skateboard
Antes de la pandemia, estaba viviendo en Indonesia donde había puesto una escuela de buceo junto a algunos amigos. Debido al Covid -19 no prosperó. Se mudó a Alemania, donde ya había pasado algunas temporadas trabajando en gastronomía. Siendo la responsable de un restaurant, se dio cuenta de que el mundo de la comida no era lo que la apasionaba y que quería dedicarse a las redes sociales. Hace un año y medio, abrió su agencia de marketing y contenido viral. “Es ideal para mi porque puedo trabajar desde cualquier parte del mundo”, explicó.
Sin embargo, extraña Mendoza todos los días e intentará viajar a Argentina dos veces por año para estar cerca de su familia y sus amigos. Ella eligió emigrar porque “tenía hambre de mundo”, pero no se considera una de esas personas que se fue escapando del país: “Argentina es hermoso y los argentinos son personas excelentes. Me cruzo muchos por el camino y todos son muy creativos. Creo que como pueblo tenemos una manera especial de ver el mundo”.
FUENTE BILLIKEN
