Luca Roteda, el actor nominado a los "Carlos" que concientiza en el escenario

FOTO: Luca Roteda nominado para los premios Carlos

Luca Roteda, es actor y este año en Carlos Paz protagoniza la obra “El loco y la camisa”. Por su trabajo, quedó nominado en la terna a “mejor actor revelación” en los Premios Carlos, que la municipalidad de Villa Carlos Paz entrega todas las temporadas.

“El loco y la camisa”, es una obra que aborda la salud mental y que busca acercar al espectador la necesidad de interpelarse sobre cuestiones cotidianas. De la mano de La Comedia San Francisco, relatan la historia de una familia que por vergüenza, miedo, ignorancia o un sistema que obliga a la exclusión se avergüenza de su hijo “Beto”, interpretado por Luca Roteda, que tiene una enfermedad mental. La familia busca esconderlo de la sociedad, de los afectos y genera un clima de mentiras, inseguridades y una gran variante de formas de violencia intrafamiliar.

El drama surge cuando un día, María Pía, interpretada por María Luz Lescano, invita a su casa a comer a su novio “que viene de zona norte” y a quien le van a presentar oficialmente la familia, por lo que se activa sin tantas interpelaciones el protocolo de “esconder a Beto y que no salga”. La medida salta ante el temor de que haga o diga “algo incómodo”.

Ya en otras obras como ParaAnormales o Bajo Terapia de Matías del Federico, La Comedia de San Francisco habló de casos reales de bullying y de violencia de género, sin tabúes y sin filtros en la puesta.

En el “El loco y la camisa” de Nelson Valente, el protagónico lo lleva a cabo Luca, quien además tiene asperger. Sobre su nominación a los Premios Carlos asegura que fue totalmente inesperada. “Alguno que otro me ha dicho que podía llegar, pero siempre me lo tomé más como un halago por mi trabajo que como una posibilidad seria. Pero ahora que llegó, la verdad que estoy muy feliz. Un reconocimiento como este no llega muy seguido, e independientemente de si gane o no es algo que voy a atesorar como si fuera oro”, dijo a Diversidad.

Sobre el asperger, es un diagnóstico que le dieron hace más de 10 años. “Ahora caería dentro de los Transtornos del Espectro Autista. En mi caso sufro de algunos inconvenientes para socializar, para expresarme, y algún que otro problema de coordinación. Soy un tanto olvidadizo y cuando hay algo que me gusta, generalmente me gusta mucho. Justamente estos problemas de expresión y mi gusto por las artes fueron los que me impulsaron a adentrarme en el teatro”, reveló.

Adrián Vocos, director de la obra, asegura que el teatro “incluye a todo el ser humano, con todas sus condiciones, porque justamente el arte en su eterna búsqueda de la perfección nos atraviesa como espejo social, enseñándonos a ser más empáticos sobre las temáticas que el mundo vive”.

Para abordar un tema como la salud mental, una temática de la que se está comenzando a hablar con más naturalidad, el equipo contó con la asistencia de la psicóloga María Luz Lescano (MP: 14.571), quien también es actriz y sobre el escenario hace de la hermana de Beto. “Con ella pudimos interpelarnos y debatir muchísimo sobre cómo abordar la puesta en escena y encarar a los sujetos de acción en ese ambiente tan hostil pero que al espectador por incomodidad, asociando a la familia de Beto, se ríe y festeja cosas de las que no habría que reírse, para luego obtener un cachetazo de realidad sobre el final”, reveló Vocos.

Por su parte, Luca Roteda asegura que interpretar el papel fue “más difícil de lo que parece”. “Componer un personaje que es a la vez tan similar y tan diferente a uno es un reto, y algo que me llevó bastante tiempo”, comentó. “Trato de sentirme incómodo mientras actúo, porque también es un personaje que incomoda a los demás. Dejando eso de lado, siempre entro tratando de dar lo mejor, y paradójicamente salgo del escenario pensando que lo podría haber hecho un poco mejor todavía. Y por supuesto trato de jugar un poco y divertirme, que es importante cuando uno se quiere apropiar el rol que le tocó”, agregó.

En cuanto a ser actor y tener un diagnóstico asegura que siempre fue abierto sobre su condición. “Nunca tuve problemas en admitirlo y aceptarlo, y por suerte mi familia siempre me apoyó en todo momento”, afirma. “A veces fue un obstáculo, pero nunca fue un impedimento. Y pasar de formar parte de una familia de mente tan abierta fuera de la obra, a una tan cerrada dentro, todavía me resulta chocante a veces. Porque sé que hay gente que todavía trata a sus hijos así, cuando uno no tiene la culpa de ser como es”, reflexiona.

“Lo ideal sería que la familia también lo acompañe a uno. Ese es el mensaje que yo en particular le quiero dejar a la gente. Y mientras más gente lo tenga en cuenta, mejor”, concluyó.