Abrió un bar de jugos que vende una bebida típica de Venezuela y se convirtió en un furor

Historias para contar

Aldo Enrique Finot es dueño de un bar de jugos en Tigre y es el único argentino que sabe preparar la cocada, un licuado típico de Venezuela, hecho con trozos de coco, leche de coco y leche condensada.

La juguería, atendida por su propio dueño, existe desde hace más de tres décadas y sigue a la vanguardia por sus fusiones innovadoras con sabores de todo el mundo. Sobre todo, se ganó el corazón de la comunidad venezolana con un refresco que es casi imposible de conseguir en la Argentina.

Los que quieran probarla por primera vez -o volver a disfrutarla- deben ir al local 156 del Puerto de Frutos, en la entrada de la puerta Nº 2. Van a encontrar el puesto color naranja de Vitajugos, un pedacito del Caribe en Buenos Aires.

La cocada es un licuado de coco, leche de coco y leche condensada. (Foto: cortesía de Vitajugos)
La cocada es un licuado de coco, leche de coco y leche condensada. (Foto: cortesía de Vitajugos)

Único en el mercado

Aldo tiene 69 años y más de la mitad de su vida la dedicó a este negocio que se mantiene vigente porque cumple su premisa: se preparan los jugos naturales con la fruta de la estación.

A pesar de no haber viajado a ningún país caribeño, logró recrear ese estilo gracias a la recomendación de una persona que había vivido en México y le contó que había visto un local donde colgaban todas las frutas en la fachada, al mejor estilo playero.

Vitajugos está en el Mercado de Frutos. (Foto: Instagram @vitajugos_)
Vitajugos está en el Mercado de Frutos. (Foto: Instagram @vitajugos_)

Fue esa misma persona la que lo ayudó a abrir Vitajugos en el Puerto de Frutos en 1987 y Aldo está al frente del negocio desde entonces.

El menú incluye desde naranjas y bananas hasta mango, maracuyá y las más exóticas, como la fruta del dragón, que se sumó a la lista hace dos años y se importa desde Indonesia. Aldo busca constantemente sorprender a los visitantes, siempre está al tanto de las nuevas delicias que llegan al país para incorporarlas. “Es la esencia del negocio”, le aseguró a TN.

Los clientes pueden elegir una fruta o más en la lista del día, pueden mezclarlas a su gusto, y Vitajugos también recomienda combinaciones. “La persona que toma uno de mis jugos no lo olvida nunca. Pueden pasar uno o dos años, y me buscan para volver a tomar”, confirmó Aldo.

Además, existe un menú de comida con opciones veganas.

Cómo llegó la cocada al menú

Antes de contar este punto de la historia, no está de más aclarar que la cocada existe en otros países de América Latina, pero solo como postre a base de coco. La bebida es típica de Venezuela, y es bastante común encontrarla en las playas.

Aldo Finot está al frente de su local, atendiendo a los clientes y conversando con ellos, y escuchó el nombre entre un grupo de venezolanos. “Les pregunté cómo se hacía. Me dijeron cómo era y me fueron explicando. Tenía todo el material para hacerlo”, recordó.

El local es un pedacito del Caribe en Buenos Aires. (Foto: Instagram @vitajugos_)
El local es un pedacito del Caribe en Buenos Aires. (Foto: Instagram @vitajugos_)

La nueva incorporación se volvió la más solicitada entre los consumidores de esa nacionalidad. “Hace más de dos años que estoy con la cocada, la promocionaba cuando escuchaba la tonada (venezolana). La gente me dice ‘me hiciste sentir en mi casa’. Para mí fue algo hermoso que un extranjero pueda encontrar esos sabores acá”. Luego, la cocada también llamó la atención de los argentinos, que se acostumbraron de a poco a este licuado.

“Punto de encuentro de aves de paso”

“Vitajugos es muy lindo porque es un punto de encuentro de personas de todo el mundo y es muy agradable porque nosotros también crecemos al conocer a otra gente, de dónde viene, y empezamos a intercambiar culturas”, contó Sofía Belén, una de las dos hijas de Aldo Finot que también es administradora del negocio familiar.

Sofía Belén describió a su padre como “muy apasionado por el local, les enseña a los empleados a tratar al cliente” y tanto ella como todos los que lo rodean aprecian su dedicación a la vida sana.

Finot está agradecido por mantenerse a la vanguardia durante casi 40 años, sobre todo por ser “un rubro que no existe en este país”. Gran parte de ese éxito se debe a su preocupación por ofrecer frutas de calidad y su dedicación al público: “Yo les pido a mis clientes que me digan si les gusta el licuado. Si no les gusta, lo volvemos a hacer, quiero que mis clientes se vayan contentos”.

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