La trazabilidad de los hilos de Sonia Carrasco, la ausencia de desechos de Lupe Gajardo y el minimalismo de Carlota Barrera hablan en una Semana de la Moda de Londres condicionada por la sustentabilidad, más que por el género, y por las emociones surgidas ante la crisis sanitaria. “Nuestras colecciones se nombran por las coordenadas geográficas de zonas con un desastre ecológico“, cuenta a Efe Carrasco, que desea dirigir el radar del espectador hacia el Glaciar Thwaites con esta colección de mujer para otoño-invierno 2021/2022. Considerado el mayor glaciar de la Tierra, sufre un proceso de deshielo acelerado que supone un aumento del nivel del mar del 4%.
Su preocupación por el cambio climático no es una impostura. “La moda no puede ser moda si no es sostenible“, subraya. No lo concibe de otra forma. “Intentamos dejar la mínima huella de carbono en todo el proceso“, sentencia tras explicar que los hilos de los tejidos de sus prendas son trazables. Las prendas de lana, como el vestido en bimateria y el traje de falda, llevan en su interior un código QR que da información del pastor, el número de ovejas que tiene y el camino recorrido en trashumancia.
Carrasco elige proveedores que compartan sus valores. Cada tejido tiene un concepto detrás. Por ejemplo, el traje del monograma de la marca está hecho con hilo de algodón suprarreciclado y poliéster reciclado de botellas de plástico. “Este traje beige es la materialización de la identidad de la firma: la unión de la sastrería con el punto. El punto de lana lo trabaja con técnicas de sastrería tradicional masculina a las que aporta la sofisticación femenina con colores neutros para esta colección“, dice. El vídeo que acompaña a su línea expresa a través de la danza de Carla Cervantes el dolor, la frustración, el deseo de salir, el conflicto moral que ha supuesto la pandemia además de rendir un homenaje a la cultura. Para ello se han elegido localizaciones barcelonesas emblemáticas: las esculturas de Juan Muñoz, Chillida, Antinio Tapies, Antoni Clave, Rebecca Horn y Ulrich Rückriem.
Esta cuarta colección, Carrasco transcribe el ADN de su marca a la perfección. En la pasarela londinense, donde debutó en la pasada edición, reafirma su compromiso y demuestra que no es preciso elegir entre diseño y ecología. La chilena Lupe Gajardo se escandalizaba con los restos de tejido al confeccionar las prendas. “Aunque se pueden reutilizar en upcycling, yo quería resolver el problema de antes“, cuenta a Efe. Su técnica de diseño sin desechos es un desafío al patronaje tradicional. “Empecé en 2015 a usar unos algodones tubulares con elastano y fui desarrollando este método que aplica a tejidos de origen nacional, como la lana chilena“, explica.
FUENTE: TN