La historia del productor neuquino que culturizó la provincia a gran escala

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Pablo Celoria logró que Neuquén formara parte de la agenda de los artistas íconos nacionales e internacionales.

Pablo Celoria es un neuquino productor en Jazz Producciones, que dedicó toda su vida a llevar artistas de renombre a la provincia. Desde temprana edad, mostró interés en el mundo de la música escuchando folklore, jazz y tango. Uno de sus ídolos era el andaluz Paco de Lucía, a quien pudo llevar a realizar dos recitales en Neuquén, uno en 1984 y otro en 1991. Fue allí donde Pablo se dio cuenta de que el faro cultural argentino no se limitaba donde termina Buenos Aires.

Los eventos de Paco de Lucía le hicieron ver a Pablo que la gente quería escuchar algo más que solo las bandas de rock nacional que estaban muy en auge. “Cuando vi el éxito que fue traer a Paco en el 84, entendí que había un público bárbaro para este tipo de artistas. Enseguida abandoné los intentos por traer a bandas de rock nacional, que es un género con el que no empatizo del todo, y me puse a trabajar en la música que me apasionaba”, comenta en diálogo con el portal Ser Argentino.


La labor de Pablo se destaca por coordinar las performances de artistas tanto nacionales como internacionales, camino que no fue sencillo teniendo a Buenos Aires como competencia: “No es lo mismo una ciudad que cuenta con infraestructura para eventos (como teatros de hace más de 80 años) que una ciudad relativamente nueva como lo es Neuquén”, resalta.

Silvio Rodríguez, Luis Alberto Spinetta, Mercedes Sosa, Norma Aleandro, y artistas internacionales como  Maceo Parker, Chick Corea y BB King, son algunos de los símbolos artísticos que produjo en Neuquén.

Con respecto a los productores porteños, quienes siempre gozaban de los privilegios de tener infraestructura adecuada y los puntos turísticos más visitados del país, comenta que su relación era excelente: “Te mandaban cómo armar el escenario por fax, que por suerte ya existía. Después llegaban y veían a laburar a todos por igual, entonces se arremangaban y se ponían con vos”. Daniel Grinbank, Fernando Moya y Gustavo Giannetti, son algunos de estos compañeros que “siempre daban una mano con lo que faltara; el ambiente es chico y nos vamos conociendo entre todos”.

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