Santiago Barrera tiene 32 años, nació con Síndrome de West y crisis de epilepsia, logró a través del trabajo con la tierra reducir esos episodios.
En la casa de sus padres abrió el Vivero El Tacku, en Villa Allende (Córdoba), donde produce plantas autóctonas con el objetivo de ayudar a cuidar el medio ambiente y enseñar a preservar la flora regional.
Asegura que la “Pachamama” lo sana y encontró en este emprendimiento un trabajo que lo apasiona, en el que se siente útil y lo estimula a socializar con gente.
Desde chico es epiléptico y cuando empezó su emprendimiento en la naturaleza en los controles neurológicos comenzaron a aparecer mejoras que permitieron reducirle la medicación anticonvulsiva. Fue un cambio muy grande en su vida y en su salud.
FUENTE DIVERSIDAD