La historia de Nicolás Aguilar, el joven que nació con una discapacidad motora y confecciona alfombras

Historias para contar Slider

El esfuerzo, las ganas de salir adelante y el valor para superar cualquier adversidad son variables constantes en la vida de Nicolás Aguilar (24). El joven oriundo de Ruíz de Montoya tiene una enfermedad desde nacimiento pero a pesar de las dificultades que debe afrontar a diario, se las arregla para seguir siempre adelante y luchar para alcanzar sus objetivos. Además de contar con el apoyo y el amor incondicional de su familia -motor que lo impulsa siempre-, Nicolás confecciona y vende alfombras como emprendimiento propio y asegura que se trata de un proyecto que lo mantiene activo y autosuficiente.

Nicolás nació con una discapacidad motora que además de perjudicar su coordinación en los movimientos, repercute también en sus tiempos de aprendizaje, el habla y hasta le acarrea problemas respiratorios. Sin embargo, cree firmemente en su voluntad para valerse por sí mismo y superarse día a día. Su emprendimiento surgió cuando todavía iba a la escuela, como una actividad más entre las que desarrollaba en los talleres de la Escuela Especial 17.

En mi escuela había un taller de enseñanza de variedad de alfombras. Yo me inicié con el crochet y los bordados pero no era una actividad que me atraía mucho. Aprendí a hacer las alfombras sobre bastidor y eso me interesó más. Me llamó mucho la atención, me gustaba trabajar en eso. Con el tiempo, les pedí a mis padres que me compren las herramientas necesarias para poder hacer en casa todo lo que fui aprendiendo en la escuela y así empecé a trabajar, a tener mis propias ventas” recordó sobre sus inicios en el emprendimiento.

Con el tiempo, su proyecto fue creciendo y haciéndose espacio en el mercado. Sin embargo, la pandemia lo perjudicó en gran medida: “Mi situación económica muchas veces fue muy delicada, no me alcanzaba el dinero para comprar los materiales y había tiempos que no podía hacer las alfombras y eso dolía”, recordó. “No podía vender mis alfombras en las ferias y así se complicó conseguir lo materiales”, contó, al tiempo que resaltó que nunca bajó los brazos y así siguió adelante.

Actualmente, sus productos se venden bien tanto en Ruiz de Montoya como en localidades aledañas. El oficio de fabricar alfombras le demanda constancia y tiempo todos los días. “Es un proceso largo, lleva sus horas. Como estoy yo sólo, me demanda hasta dos días, a veces, hacer una” contó el joven respecto al tiempo de confección.

Pero su entusiasmo y afán de hacer algo que le gusta y que también le es redituable lo animan a seguir con el proyecto. Asimismo, su emprendimiento lo ayuda también a mantenerse activo y en movimiento, un factor fundamental para mantener un buen estado de salud. “Mi discapacidad motora no tiene cura, pero sí tratamiento. Puedo sobrellevarlo mejor haciendo ejercicios y estando en movimiento. Y esta actividad me obliga a eso”, manifestó Nicolás quien en las producciones que realiza nutre sus fuerzas, más allá del esfuerzo que demande.

Mientras se configura como un pasatiempo que contribuye a mejorar su calidad de vida y que representa un sostén económico, para Nicolás, su emprendimiento es en parte, un sueño cumplido: “Creo que es importante que todos se propongan cumplir sus sueños. No todos tenemos las mismas oportunidades, pero cuando hay posibilidades se debe saber aprovecharlas. Con voluntad y esfuerzo todo se puede alcanzar. Está en nosotros volver realidad nuestros sueños”.

FUENTE: EL TERRITORIO

Suscribite
Notificarme de
guest
0 Comentario
Más viejos
Más nuevos Más votados
Ver todos los comentarios