La Brochetera: el utensilio para incluir a todos en el asado

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Durante un encuentro familiar, Juan, Pablo y Alejandro Rapallini debatieron sobre la falta de una herramienta para incorporar verduras a la parrillla. Varios diseños después, crearon la “brochetera”.

Juan, Alejandro y Pablo Rapallini, además de ser hermanos, son socios en una empresa agropecuaria. Durante un almuerzo familiar, en plena pandemia, debatieron sobre la necesidad de sumar a la parrilla un utensilio que permita incorporar verduras al tradicional asado argentino. Varios diseños después, crearon la brochetera. “Transformamos una crisis en una oportunidad. El éxito lo debemos al excelente vínculo que tenemos, trabajamos juntos de memoria”.

Hoy, la empresa creció tanto, que ofrece cuatro tamaños de brocheteras, diferentes opciones de provoleteras y hasta delantales. Próximamente, lanzarán al mercado unos 13 productos nuevos, como hornos para pizzas, fogoneros y un recetario, y ya comenzaron con la primera exportación a Uruguay. “Creemos que esta marca no tiene techo, es hasta donde nosotros queramos ir”, dijo Alejandro, el más chico de los tres hermanos.

Por el momento, todas las ventas son minoristas, pero no descartan sumar al rubro gastronómico si evalúan que allí hay una oportunidad. Apenas la vio en redes sociales, Christian Petersen quiso probarla y la utilizó para elaborar las entradas del menú de uno de sus restaurantes. “Le encantó el producto y adaptamos la brochetera para su restaurante. La usó con portobellos, pollo y panceta”, contó el empresario.

Mucho tiempo libre y un almuerzo familiar, la clave para desarrollar nuevos proyectos

Los tres hermanos Rapallini son inquietos. Juan tiene 48 años; Pablo, 47, y Alejandro, 42. El mayor vive en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, y los dos más chicos en la capital porteña. Como socios, comparten el desafío de llevar adelante una empresa agropecuaria, pero la pandemia les abrió un nuevo camino, que decidieron también emprender juntos.

En septiembre de 2020, las tres familias compartían un asado al mediodía cuando se abrió el debate. “En la pandemia surgió el Zoom y se charlaba más, había más tiempo libre para pensar, inventar cosas, ser creativo. Ese día había carne en la parrilla y empezamos a debatir que faltaba un implemento para cocinar las verduras. Entre prueba y error empezamos a dibujar y mi hermano Pablo tuvo la idea de hacer una jaula”, recordó Alejandro.

Una vez que contaron con el primer dibujo, cada uno empezó a aportar ideas y los primeros bocetos terminaron en el taller familiar. “A los tres días ya teníamos el producto, al que le empezamos a hacer mejoras, como alargar el mango y ponerle una arandela, por ejemplo, de esos cambios surgió el modelo clásico, que es hoy la más chica”, recordó.

Un desarrollo empresario que no tiene techo

En la Argentina, el asado con familia o amigos es una tradición, y la brochetara vino a dar respuesta a una necesidad. “Nuestro objetivo era que el vegetariano y el vegano vuelvan a disfrutar de la parrilla, vuelvan a convivir con el asador”, dijo el más chico de los tres hermanos.

Si bien Alejandro reconoce que originalmente era para verduras, en la charla decidieron que sirviera para cualquier cosa que se quisiera llevar a la parrilla. “Tener la brochetera es una gran oportunidad para crear recetas, para inventar. La palabra clave es creatividad. Se puede usar para pulpo, pescado, verduras, carnes, achuras, lo que se quiera, hay mil opciones”, aseguró.

“No nos sorprendió el auge que tuvo el producto porque sabíamos que no existía en el mercado; es original, práctico y novedoso”. Por eso, una vez que tuvieron el diseño, lo primero que hicieron fue registrarlo en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI).

La brochetera, un invento argentino, para una tradición de la mesa argentina: el asado. (Foto: gentileza La Brochetera)

En octubre de 2020 lanzaron la primera brochetera. Los comienzos fueron “de boca en boca”, pero como “tuvo una aceptación increíble” abrieron una cuenta de Instagram y le fueron sumando nuevos modelos más grandes: la XL, la XXL y la extra XXL. Los precios parten de los $2500 hasta los $6800.

Para lanzar el emprendimiento, la inversión inicial fue de $110.000 y venden unas 600 brocheteras por mes, cifra que alcanza los 750 productos sumando aceites, condimentos, tapapizzeras, palas, atizadores, entre otros.

Para Alejandro, “lo que vuelve más encantadora o más llamativa a la brochetera es la creatividad que uno puede desplegar, pero también la simplicidad, porque se ponen las verduras, la carne, la entraña y las achuras y organiza la parrilla, solo hay que asegurarse de que se haga una cocción pareja”.

El monorpoducto clásico llegó al mercado en septiembre de 2020 y ya para febrero 2021 lanzaron la brochetera XL, la XXL y las enlosadas. “Después sumamos provoleteras, que lo novedoso que tienen es el enlozado y el mango largo que permite ponerla bien abajo de la parrilla, arriba de las brasas, sin quemarse. Luego empezamos a incorporar delantales y otros productos. Creemos que esta marca no tiene techo”, aseguró.

Pero nada hubieran logrado sin el equipo. “Venimos de la producción de alimentos. Surgió el tema de la brochetera y la sinergia que tenemos con mis hermanos en la actividad agropecuaria se pudo aceitar bien. Ese es un valor agregado que por ahí no es cuantificable, pero lo importante es la relación, el vínculo de hermanos”, reveló el más chico de los tres.

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