Kevin Michalewicz: el espacio al alcance de nuestras manos

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

Él es Kevin Michalewicz, estudiante de doctorado en matemática en Imperial College London (Londres, Reino Unido), trabajó también en el Laboratorio de Astrofísica de EPFL y en el Departamento de Astrofísica del CEA de París en Francia. Es ingeniero electrónico de la UBA y posee un máster en Matemática Aplicada de Francia. ¿Quién mejor que él para contarnos sobre todo lo que tiene que ver con el espacio?

-Pasó la Semana Mundial del Espacio, ¿qué significa para vos?
Significa reflexionar sobre los aportes científicos que mejoran nuestras vidas. Hay inventos como, por ejemplo, las cámaras de los celulares que tienen un profundo correlato con lo que se investiga y descubre en torno al espacio. Para quienes no están al tanto, esta “semana” no comienza necesariamente un lunes y termina un domingo; va del 4 al 10 de octubre. El 4 haciendo referencia al lanzamiento del primer satélite artificial terrestre y el 10 por el Tratado del Espacio.

Por otro lado, la Semana Mundial del Espacio otorga la posibilidad de analizar en profundidad el tópico elegido anualmente (en 2022 fue “El espacio y la sostenibilidad”). Uno de los debates posibles es cómo deben prepararse las instalaciones espaciales para poder reducir los costos de mantenimiento y el consumo de recursos.

-¿Podés contarnos algo sobre la tesis que diste en la UBA?
Mi tesis se tituló “Deconvolución de alta resolución: aplicación a imágenes astrofísicas”, y fue desarrollada en la institución tecnológica EPFL, Suiza. Trabajé alrededor de 9 horas por día durante 4 meses y medio para desarrollar un método que mejora notablemente la resolución de imágenes del espacio. En otras palabras, para que los astrónomos sean capaces de visualizar detalles muy puntuales que antes no se apreciaban.

Además, mi algoritmo puede combinarse con otros y, empleando algunas expresiones matemáticas, puede estimarse la constante de Hubble. En la comunidad científica existe un fuerte debate acerca de cuánto vale. Hasta ahora se la ha calculado usando diferentes técnicas, lo que indica que alguna de las estimaciones no es correcta. Dependiendo de cuál sea el final de esta historia, podríamos tener que replantear la validez del modelo estándar del universo y, por ende, cuestiones básicas de física.

-¿De qué manera influye todo esto en nuestra vida cotidiana?
Estos estudios son un tanto prematuros como para afectar nuestro día a día en un corto plazo. Sí varias cuestiones de física son replanteadas, entonces, otros modelos deberán ser propuestos y podría cambiar la manera en la que explicamos las cosas. Esto tendría un fuerte impacto en la innovación. La comprensión del espacio lejano está ligada en gran parte a nuestra curiosidad y al deseo de saber más acerca de aquello que nos rodea. Conocer con certitud la constante de Hubble, descubrir detalles nunca antes vistos en un cúmulo de galaxias, estudiar la estabilidad de los agujeros negros. Todo es útil desde un punto de vista intelectual. Yendo a cuestiones espaciales más cotidianas, los satélites colaboran en la obtención de imágenes y en el estudio de los desastres ambientales, por sólo mencionar algunos ejemplos.

-¿Cuánto se ha avanzado, y qué esperan en los próximos años?
Acerca de lo que comentaba, probablemente quien estime correctamente la constante de Hubble obtenga el Premio Nobel de Física. Hay bastantes procedimientos alternativos que se están tomando para hacerlo y en los próximos años tal vez haya un ganador. Un avance reciente ha sido el lanzamiento del nuevo telescopio espacial James Webb (JWST), cuyas imágenes enriquecen a la comunidad científica con mucha información. Creo que es una pieza fundamental de muchos proyectos en cosmología (evolución y composición del universo) y también en astrofísica (estrellas, galaxias y otros objetos).
Otra misión espacial interesante es la del observatorio Vera C. Rubin, el cual está siendo construido en el norte de Chile y propone comenzar a funcionar en 2024. Se obtendrán imágenes de la totalidad del cielo disponible durante diez años. En relación a esto, un investigador postdoctoral de la Universidad de Stanford incluirá mi proyecto de tesis como parte del procesamiento para los datos que se consigan del V. C. Rubin. La idea es, una vez más, mejorar la calidad de las imágenes.

-¿De alguna manera el ciudadano de a pie puede contribuir y aportar algo?
Pienso que dos maneras concretas de contribuir son la difusión de los distintos avances espaciales y la realización de donaciones. Los proyectos deben financiarse para volverse realidad. Si bien es cierto que organismos importantes suelen estar detrás de las misiones de mayor relevancia, ocasionalmente algunas pequeñas ideas requieren un sostén económico. Y lo de siempre: leer, informarse, pensar y cuestionar.

-¿Querés dejar algún mensaje final ?
Espero que la Semana Mundial del Espacio que acaba de concluir sea una pequeña excusa para que muchas personas comiencen (o continúen) a interesarse por la ciencia y, si les apasiona, a optar por formaciones tecnológicas.

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