Es la primera y única mujer argentina que practica y compite en acrobacia en planeador.
La vida de Jenny Dillon está marcada por la aeronáutica. Dirige una escuela junto a su padre (que también es piloto) y forma parte de la Asociación Argentina de Acrobacia Aérea, creada con la intención de fomentar y profesionalizar la actividad. Conoció a su esposo Marcos en el Aeroclub de Tolosa, donde años más tarde festejaron su casamiento, al que llegaron piloteando y haciendo acrobacias. “Para nosotros es lo cotidiano, pero cuando viene alguien de afuera y se sorprende nos damos cuenta de que no es tan normal”, comenta la piloto platense en diálogo con Entre Diagonales.
Empezó como tripulante de cabina de pasajeros y descubrió el mundo de la acrobacia en un taller de pilotaje en Tandil, donde se animó a volar por primera vez en planeador. “Era una jornada donde había varias demostraciones de diferentes áreas de la aeronáutica. En uno de esos talleres estaban los de acrobacia con aviones y planeadores, y quise probar. Empecé con el planeador porque me parecía que era más tranquilo, pero no lo fue“, cuenta entre risas sobre su debut acrobático.
“Tuve la suerte de capacitarme afuera con gente mundialmente conocida, de conocer a los mejores acróbatas de argentina y de ser amiga del único instructor de planeador, que nos formó y nos llevó a competir afuera”, cuenta la acróbata que participó junto con su marido y otros dos pilotos del Campeonato Austríaco de Acrobacia, en representación de Argentina. El equipo se llevó tres premios y ella salió segunda en su categoría.
En noviembre, la Asociación Argentina de Acrobacia Aérea realizó una competencia con los mejores pilotos de aviones y planeadores por el 90º aniversario del Aeroclub de Dolores. La acróbata platense salió primera en la categoría general y se llevó una sorpresa. “Les gané a todos y ahí no les gustó mucho. Algunos no me habían visto volar nunca, pero nos conocemos entre todos. Igual no me importa; para mí la competición es parte de la formación y la experiencia. No compito contra los demás, es más para superarme a mí misma”, concluye Jenny.
