Ezequiel Arielli es un joven de 34 años oriundo de la Ciudad de Buenos Aires. A los 5, debió mudarse con su madre y sus hermanos a Ciudad Oculta. “Hasta los 5 años tuve mamá, María Eva, y papá, Walter, pero se separaron y terminaron su relación bastante mal. Yo era muy chico y mi madre estaba embarazada de mi hermano menor, Nicolás. Así que nos mudamos a la villa, donde ya estaban mis tías y mi abuela. Era muy duro, había peleas, droga, a mi me ofrecieron muchas veces en un campito que había al lado de una cancha, pero no… “ cuenta.
Su residencia allí duró hasta los 15 años, cuando se mudó con su familia al barrio porteño de Almagro. Si bien el cambio fue para mejor, al principio no se interesaba por la escuela: “La secundaria fue mucho más tranquila. Pero yo me la pasaba durmiendo en el aula, me aburría y me llevaba materias. Era un desastre. En diciembre y marzo me la pasaba estudiando…”.
Todo cambió cuando en el último año del secundario, su padrastro le regaló una computadora. Comenzó a agarrarle el gusto a la informática, por lo que decidió inscribirse en la Universidad Tecnológica Nacional.
Su oportunidad de llegar a Silicon Valley llegó: “Cuando ya me estaba frustrando y pensaba que nunca se me iba a dar, llegó la convocatoria de Miroculus, una empresa de biotecnología donde hablan tanto inglés como castellano. Así pude hacer realidad el sueño de ser ingeniero en una empresa norteamericana. Nunca me llegué a radicar allá, pero iba a San Francisco, me quedaba y volvía. Aprendí mucho de la cultura norteamericana, de la forma que tienen para trabajar, el orden y sobre todo el tiempo para realizar las cosas y la puntualidad. Me volví una persona muy ordenada”.
Actualmente, Ezequiel reside en Ciudad Evita con su esposa y su hija, y reflexiona: “Hace un año y 4 meses, con Juli tuvimos a Ámbar. Es hermosa, tiene ojos azules. Ella hizo que me quede en el país, aunque tengo propuestas de Estados Unidos. Siempre digo que si tenés trabajo este es un gran país. Yo vivo feliz y amo Argentina. Igual no descarto alguna vez vivir afuera, más que nada para conocer otras culturas. Ahora, por ejemplo, estoy estudiando italiano”.
Fuente: INFOBAE
