La historia de Daniela Zabala, la santafesina que demuestra que el oficio de albañil no tiene género

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¿El oficio de albañil tiene género? En la historia de Daniela Zabala vas a encontrar la respuesta. Esta santafesina se abre camino con mucho sentido común. Es que Daniela explica que no se trata de hacer las mismas cosas que los hombres, porque ellos no pueden hacer lo mismo que ellas. Se trata más bien de complementarse y hacer que todo funcione mucho mejor. Esta piba se lleva bárbaro con sus compañeros. Su papá es contratista y desde chica lo acompañaba. Miraba lo que hacía. De a poco, se familiarizaba con el tema, pero no trabajaba. Hace unos años hizo un curso de electricista.

La albañilería, al igual que muchos oficios, son trabajos que se enseñan de generación en generación, y es por eso que las primeras mujeres en hacer ese tipo de trabajos fueron hijas o esposas de obreros que aprendieron ayudando a algún familiar. Un ejemplo de esto es Daniela Zabala, una santafesina de 32 años que comenzó ayudando a su padre José y hoy se desempeña como operaria en una obra de Santa Fe. Gracias a la Asociación Civil Mujeres a la Obra, que se dedica a formar e insertar chicas en el mercado laboral en construcción, consiguió el empleo.

LA DISCRIMINACIÓN LABORAL

Una vez me pasó, cuando estaba trabajando con mi papá, con un compañero que realizaba las mismas tareas que yo. Era muy machista, me trataba de menos, teníamos como una pequeña rivalidad y discutíamos bastante pero nada que no se solucionara hablando, yo también tengo mi carácter y lo fui forjando más estando en obra. Pero más allá de esa experiencia, el trato que tienen los muchachos conmigo es excelente: me enseñan, me ayudan y nunca me dijeron ésto no lo vas a poder hacer; a veces me dicen que tenga cuidado con el tema del exceso de fuerza, pero no lo veo como una actitud machista, sino como una manera de cuidarme”, contó Daniela en diálogo con el medio Aire de Santa Fe. ¿Por qué las mujeres deben aguantarse dichas conductas? Si lo que todos buscamos tiene el mismo fin: crecer personalmente y llevar un plato de comida a casa todas las noches.

EL CAMBIO DE PARADIGMA Y SU MENSAJE PARA TODAS LAS MUJERES

Yo era una de esas mujeres a las que le habían enseñado a quedarse en casa, lavar, cocinar y esperar a su esposo mientras él trabajaba. Creo que es todo una cuestión de autoestima de la persona, independientemente de ser hombre o mujer, saber que somos capaces de lograr lo que nos proponemos, y esa enseñanza trato de transmitirla a mis hijas. En este trabajo no se trata de hacer las mismas cosas que hacen los hombres, porque ellos no pueden hacer las mismas cosas que nosotras, se trata de complementarnos y hacer que todo funcione mucho mejor”, agregó Daniela.

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