Eve Grynberg: “La fotografía es la capacidad de ver lo que otro no ven”

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

Cada 19 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Fotografía. Esta fecha se debe al invento conocido como el daguerrotipo, considerada la primera práctica del proceso fotográfico y que lleva el nombre de su creador, Louis Daguerre. A pocos días de conmemorarse esa fecha, hablamos con Eve Grynberg una excelente fotógrafa de origen francés que disfruta ver la vida tras el lente de la cámara.

– ¿Cuándo nació tu pasión por la fotografía?

Prácticamente nací con una cámara. En mi familia somos tres hermanas, y mis padres no querían que compitamos. Yo quería dibujar, pero ya lo había elegido mi hermana mayor. Hice talleres de arcilla y cerámica, pero finalmente a los 13 o 14 años me decidí por la fotografía. Me fascinaba revelar en el laboratorio oscuro, esa magia cuando la imagen aparecía. Desde entonces no paré. La fotografía es la capacidad de ver lo que otro no ven, aprender a mirar. Es estar sensible a las luces, las sombras, es dejar huellas, captar instantes y emociones.

– ¿Querés contarnos sobre ‘fabulosas’?

Mis primeras clientas fueron mis amigas, y las amigas de mis amigas. O sea, personas mayores de 50, la famosa generación Silver. En mi estudio me di cuenta que esas personas empezaban a brillar y me fascinó su belleza; la belleza de las imperfecciones. Las arrugas son vida. Todas estas mujeres completamente invisibles en los medios de comunicación, o presentes con estereotipos que ya no nos representan.

Estas mujeres “vívidas” me parecieron fabulosas. Y así nació mi primera muestra fue dedicada a ellas. “Fabulosas, Retratos de mujeres +50”. Además de la muestra, armé todo un ciclo de charlas con speakers de primera línea para hablar de temáticas que nos importan como imagen corporal, fototerapia, sexualidad, creatividad, emprendedorismo.

– ¿Se viene una nueva muestra con fotografías que abordan el universo erótico de mujeres y hombres Silver?

Sí. Hablar de deseo y/o erotismo desde personas mayores es tocar el ultimo tabú. Pasado los 50 también nos enamoramos y tenemos una vida sexual si lo queremos. Nunca hubo tantas aplicaciones de encuentros: la soledad asusta y enferma.

Como fotógrafa trabajé durante más de un año con algunas mujeres “reales“, y juntas co-creamos imágenes que nos despierten un viaje hacia la sensualidad. Lejos de los clichés, lejos de la pornografía. Las fotos son bellas, algunas son una invitación, una promesa de lo que podría pasar, otras púdicas pero muy eróticas, sugestivas, otras son más disruptivas e impactantes.

Mi idea es exponer en marzo 2024. Aún el lugar no está cerrado, así que escucho propuestas.

– Saliendo de la fotografía, ¿cómo es, o cómo fue ser inmigrante en Argentina?

Cambiar de país es una aventura que genera miedos y muchas expectativas. En mi caso fue una decisión que podía ser reversible y si volvía a Francia tenía familia, casa y trabajo. O sea, no implicaba tomar muchos riesgos. Llegué a la Argentina con mi hija hace 28 años, tenía primos en Buenos Aires quienes nos ayudaron a instalarnos y la gran suerte que el amor tocó a mi puerta y nos quedamos. Ser francesa en Buenos Aires es fácil, mágico: la calidez de la gente me permitió sentirme muy a gusto rápidamente. Trabajaba en el mundo corporativo de la cosmética, y ser francesa fue un “plus” que me abrió muchas puertas a pesar que al principio no hablaba una palabra de castellano.

Ser extranjera te brinda, aunque parezca que no, mucha libertad. No estás condicionada por las costumbres de la sociedad en la cual creciste. Por lo tanto, siendo muy creativa y emprendedora no paré de realizar y crear. La gente que me conoce lo sabe. Desde crear y realizar eventos boutique o eventos multitudinarios, experiencias disruptivas, asociaciones, hice radio, co-escribí libros, doy charlas. Hoy en día soy cofundadora de la asociación Marianne Argentina (una asociación de mujeres emprendedoras franco argentina); Fabulosas (una plataforma creativa para visibilizar a las personas mayores de 50); Las Intrépidas Silver, con las cuales tratamos de cambiar estereotipos de la sociedad a través de acciones concretas con el apoyo de los medios.

Pude desarrollar mis raíces aquí primero cuando nació mi hijo. Y después es una realidad, la colectividad judía me facilito sentirme bien en este país (a pesar que yo no soy practicante y no tuve educación religiosa, más bien laica).

Hoy soy una parisina latinizada. Si mis hijos se quedan en Argentina, envejeceré aquí. Si se van, es una gran interrogación, porque con los años tus raíces natales te atraen de nuevo.

Ahora mi mamá tiene 92 años y es una realidad que me encantaría pasar más tiempo con ella. Me doy cuenta también que cuando uno se va, gana, pero también y pierde, como la vida.

– ¿Dónde te puede encontrar la gente?

Lo puede hacer en mi página evegrynberg.com o mi cuenta en Instagram @eve_grynberg_photographe.

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