Eva, la influencer china que se ríe en Tik Tok de los mitos de su comunidad

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Tiene 28 años, vive en el barrio de Villa Crespo con su novio argentino. Empezó a hacer videos en YouTube sobre los contrastes culturales entre chinos y argentinos apelando al humor y cuando se mudó a la nueva red social, sus contenidos empezaron a recibir miles de visitas. Hace 10 años que vive en el país y ya se siente mitad argentina

Qiaoling Ma (28) llegó a la Argentina por un curso para aprender español en un año. Pensaba que adquiriendo ese nuevo conocimiento podría conseguir trabajo más fácil. Entre todas las opciones de estudio optó por “el país de Messi”.

@evahablaespanol

IG: evahablaespanol – Por qué los chinos siempre dice no entiendo @harry19964 #humor #fyp #asiaticos #evahablaespanol #chicachina

♬ 原创音乐 – EvaHablaEspanol

Ya se cumplieron 10 años de su desembarco. Y el curso le resultó satisfactorio, ya que se desenvuelve con soltura con el idioma para grabar sus videos de humor en Tik tok (@Evahablaespanol) que son virales. Los contenidos son de corta duración. Se divierte con los temas referidos a los chinos, sus costumbres, y a responder sobre lo que se dice de ellos. Arma pequeñas ficciones. Por ejemplo, en uno, mientras pasea por la calle al perro de su novio, se escucha una voz en off que le grita. “Ey, china, ¿qué vas a hacer con ese perro? ¿Te lo vas a comer? En otro video, la situación se traslada a un local de juegos y a una mesa de ping pong, donde un amigo de ella cae literalmente frente a su contrincante. Eva coloca un cartel que anuncia: “vendo chino fallado que no sabe jugar al ping pong”. Además del humor, la influencer recomienda restaurantes y recetas orientales para tomar nota.

Empecé a hacer videos en Tik Tok hace dos o tres meses y la cuenta no para de crecer. Me sorprendió la cantidad de vistas”, explica. Tiene más de 115 mil seguidores. Hay videos con más de 7 millones de vistas, como el que trata el tema del encendido y apagado de la heladera de los supermercados chinos. Lo cuenta en compañía de Fede, su novio argentino, programador y estudiante de chino, que conoció mientras estudiaba el idioma en el Centro Universitario de Idiomas (CUI). Están en la casa de la abuela de él y en un rato van a comer el locro del 25 de mayo.

Su nombre elegido en español es Eva. Así la llamó su primer profesor de español apenas llegó a la Argentina. Le había dado tres opciones y de lo poco que entendía, optó por Eva, porque es “la primera mujer”. En esos tiempos, estaba en una clase con casi 30 alumnos chinos y vivía en un hostel sobre la calle Florida.

Cuando llegó a Buenos Aires no entendía nada. Tenía solo 18 años. Venía sola y dejaba atrás su tierra natal, ZheJiang, en el sur de China. Después de un año empezó a estudiar Diseño gráfico, pero le implicaba mucho esfuerzo el aprendizaje por el idioma. Le quedó pendiente estudiar una carrera.

Sus padres vinieron a visitarla. La madre se quedó cuatro años, pero se volvío a su país. A Eva le encanta vivir en la Argentina por sus paisajes naturales. Ya hizo bastante turismo. Conoce Ushuaia, Iguazú, Mendoza, Córdoba, Mar del Plata, Puerto Madryn y muchos lugares más. “La gente es muy amable”, destaca. Y agrega: “Y también me gusta comer asado, comer galletitas de agua con dulce de leche y tomar la merienda”.

Hoy es una vecina más de Villa Crespo. Estuvo trabajando en un medio chino llamado Argenchina, editando fotos. Y también dio clases particulares de su lengua nativa. Ahora se está preparando para un nuevo proyecto. En dos meses abrirá una cervecería junto a los locales de ropa en ese barrio (Loyola al 500). Se entusiasmó luego de haber visitado varias durante sus viajes por el país. Quiso una. Ya alquiló el local y como es muy viejo, lo está reciclando.

@evahablaespanol

ig: evahablaespanol –Restaurante japonesa – Mirutaki #fyp #evahablaespanol #restaurantejapones

♬ 原创音乐 – EvaHablaEspanol

Estoy jugando en redes sociales chinas. Le presento en chino a nuestra comunidad restaurantes buenos de la Argentina. Les recomiendo lugares lindos para ir. Después de la pandemia, ellos cambiaron un poco la mente. Antes trabajaban y ahorraban, nada más. Ahora piensan en “mejor disfrutar de la vida porque no se sabe qué va a pasar”. Antes no cerraban los supermercados los fines de semana. Ahora ves que algunos bajan la cortina el domingo por la tarde. Quieren ir a comer algo. Ya les mostré entre 30 y 40 bares y restaurantes. Después de comer se van al karaoke. No puede faltar”, dijo Eva.

Lo que le cuesta del idioma

“Por ejemplo, hay cosas que me pasan todos los días. Todavía no me sale la erre. Lo de los ejercicios para poder pronunciarla que muestro es algo real. Cuando empezamos en el curso a estudiar el abecedario y llegamos a la “r”, nos dijeron cómo practicar: con agua en la boca, acostándose en la cama, dejando la lengua relajada y después… había que soplar. Se ríe. Todas esas cosas no me funcionan. Y el 80 por ciento de los chinos no lo intentamos más”.

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