A Gastón le dicen el “Rengo” y se sometió a una cirugía en su pierna derecha. La conmovedora historia de un sobreviviente.
La historia de Gastón tuvo un final feliz, tras 15 años de andar con muletas y que su problema en la pierna derecha se agrave cada vez más, pudo someterse a una operación que fue un éxito.
El “Rengo” se quebró cuando tenía 10 años y nunca recibió tratamiento por esa lesión. Sus padres lo abandonaron y quedó en la calle. El problema en su pierna derecha fue creciendo y ya no tenía la esperanza de volver a caminar con normalidad, pero sucedió el milagro: una persona se hizo cargo de su tratamiento.
“Pasé más tiempo en muletas que con las dos piernas, nunca pensé que me iba a pasar esto”, sentenció Gastón. El jueves 15 de septiembre en la clínica Otamendi llegó lo que esperó durante 15 años. Tras cinco horas de cirugía, despertó y no podía creer los resultados. “Me puse a llorar de alegría porque la esperanza ya la había perdido. En un abrir y cerrar de ojos, tener mi pierna derecha es algo que no me voy a olvidar nunca más”, expresó.
Gastón hace más de 10 años que no tiene contacto con sus familiares, la gente de su barrio fue quien lo adoptó y muchas veces le dio una mano. Sin embargo, no les guarda rencor. “Yo no quiero estar más solo, yo necesito de ellos”, manifestó.
Su vida estuvo repleta de adversidades, pero el “Rengo” jamás dejó de pelear por sus sueños: tener su pierna derecha, laburo y una familia. De a poco y, al igual que su pierna, su vida se está enderezando. Hace unos meses decía que nunca había tenido un momento feliz, pero luego de la operación eso cambió. “Al fin conocí lo que es la felicidad”.
Gastón, una historia de resiliencia
Gastón quedó en la calle con solo 12 años, y hoy sueña con poder operarse y conseguir un trabajo fijo. El “Rengo”, nació, se crio y vive hasta el día de hoy en el barrio “Pepsi” de Florencio Varela. Cuando tenía 10 años, una travesura de pibe marcó su futuro. Su madre no lo dejaba ir a jugar a la pelota, pero él se escapó para ir al partido con los pibes más grandes.
Una jugada desafortunada lo quebró y rompió para siempre los sueños de Gastón para comenzar a escribir una historia trágica. “Cuando me estaban por operar, mi viejo se fue del país y me dejó sin obra social. Quedé solo con mi mamá y al poco tiempo ella también se fue”, recordó.
Sus padres le dieron la espalda, lo dejaron a la deriva. Con 12 años, solo, en la calle y con una fractura sin tratar; de un momento para el otro su infancia terminó. Desde ese día el “Rengo” es un sobreviviente.
“Yo no tuve infancia, la infancia que merece cualquier chico. El amor que no me pudieron dar a mí, el día de mañana se lo voy a dar a mi hijo, el triple”, expresó.
Lo que hicieron sus padres fue, literalmente, abandono de persona, pero Gastón ya no les guarda rencor: “No tuve la oportunidad ni de hablar por teléfono con ellos. No sé cómo sería mi reacción si los viera. Pero antes, yo miraba una foto de ellos y me agarraba algo en el pecho, como que los odiaba. Ahora no, espero que estén bien”.
El “Rengo” se la rebusca día a día para poder sobrevivir con gran ayuda de la gente del barrio, su verdadera familia. Todas las mañanas va a trabajar a una cooperativa, por la tarde ayuda en el lavadero de un amigo y después, si le queda tiempo, junto a un grupo de pibes del barrio, pintan los edificios.
Muchos vecinos le ofrecieron techo, vivió en varios lugares, pero llega a un punto en el que siente que está molestando y, por vergüenza, se va. Durante un año y medio su hogar fue el interior de un colectivo que está fuera de funcionamiento.
En la actualidad se está quedando en lo de un compañero de la cooperativa, pero su gran anhelo es poder algún día tener su propio techo. “Mi sueño es operarme y tener la pierna bien. Así podría conseguí un laburo fijo, sería otra vida para mí”, aseguró.
FUENTE: TN