En Tucumán crearon un sensor de CO2 para alertar en espacios cerrados

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Fue desarrollado por la Universidad San Pablo de la provincia norteña. Se trata de un semáforo que mide la concentración de dióxido de carbono en los espacios cerrados y emite avisos lumínicos para saber cómo actuar en caso de que el aire esté viciado y así evitar la propagación del coronavirus. 

Un grupo de profesionales del Centro de Tecnología Disruptiva (CTD) de la Universidad San Pablo de Tucumán desarrolló un sensor que mide la concentración de dióxido de carbono en ambientes cerrados y alerta en tiempo real y de manera fácil de entender si el lugar necesita ventilación inmediata o ser evacuado y así evitar la propagación del coronavirus.

La sencilla explicación es de Augusto Parra, director del CTD, quien en diálogo con Infobae dio detalles de cómo funciona el dispositivo que podría instalarse en cualquier lugar donde haya un nivel alto de concentración de gente. 

Según señaló el científico, hay distintos estudios internacionales que demostraron que hay una relación directa entre la probabilidad de propagación del COVID-19 y la concentración de dióxido de carbono en un ambiente cerrado, con varias personas. De ahí la idea de desarrollar un sensor que más allá de establecer los niveles de CO2 -como cualquier otro medidor- pueda avisar en tiempo real con una señalización muy sencilla si el aire está viciado.

“Es un proyecto que comenzamos a desarrollar en julio del año pasado por todo el tema de la pandemia. No es otra cosa que un sensor de calidad de aire que mide varias cosas pero nosotros en este caso en particular nos enfocamos en la concentración del dióxido de carbono. Lo que hicimos es que a estos instrumentos, que son de uso de laboratorio e industrial que miden la cantidad de partículas por millón y necesitas cierto conocimiento para poder usarlos, los hemos traducido en un semáforo. Verde, amarillo y rojo que básicamente lo que dicen es cuán seguro o viciado está el aire en un espacio cerrado, ya sea un restaurante, una oficina pública, una oficina privada, un hospital, un aula o un cine. Cualquier lugar donde implique la concentración de personas en ambientes cerrados”, indicó Parra.

La ventilación en ambientes cerrados, especialmente en el transporte público y en las aulas pasó a ser un tema central en las últimas semanas ante la fuerza con la que golpeó la segunda ola de la pandemia a la Argentina. 

“Lo que hicimos fue traducir esa medición científica en partículas por millón, de acuerdo a la humedad ambiente que hay, esas cuestiones de cálculo, en términos que cualquier persona pueda interpretar. Vos ves un semáforo en rojo y sabes que ya te indica algo”, dijo.

“Los prototipos ya están hechos y ahora lo que buscamos es que alguna empresa pueda fabricarlos y comercializarlos para que la gente lo pueda disponer. No somos una fábrica, somos un laboratorio. Estamos, además, por presentar el dispositivo ante el Ministerio de Salud tucumano y lo que pretendemos es llegar hasta la Nación”, concluyó.

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