El cordobés que dejó su carrera de arquitecto por el oficio de construir historias

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POR ALEXANDRA BARRETO

Fue su madre la que le inculcó a  Roberto Lapid el hábito de la lectura. En su casa había una gran biblioteca y creció entre textos de Tom Sawyer, La saga del Tigre de la Malasia, Papelucho, entre otros. Confiesa que nunca hizo un curso literario y se declara como un lector compulsivo;  todo se dio de manera autodidacta y por pura inspiración.  

Se graduó de arquitecto en la Universidad Nacional de Córdoba y estudió unos años Bellas Artes en la Escuela Figueroa Alcorta. Fueron estas dos ramas las que lo ayudaron en su carrera de novelista pero en el 2018,  decidió dejar ese ámbito de construir casas, departamentos, establecimientos y sin culpa se sumergió en las letras.

Lapid (65) vive entre Barcelona y Córdoba, en su haber tiene 5 novelas basadas en casos reales y un ensayo. Tres de ellas han sido publicadas: Dizna, Mensaje desde el pasado; El enigma Weiss y Pasión Imperfecta, las 2 restantes circularán en el 2022 y 2023.

El novelista tiene dos hijos que también emularon su profesión. Está divorciado hace 20 años y disfruta de su soledad creativa.

“Mi hija se vino a vivir a Barcelona recién casada y cuando se recibió, mi hijo también,  así que, cerré mi oficina de arquitecto y seguí sus pasos”.

Fue muy fácil incursionar en la literatura,  tiene experiencia en escribir crónicas, relatos, notas de opinión  que se publicaron en: La Voz del Interior Comercio y Justicia; Ámbito Financiero, El Inversor, Revista Desterrados y  otros diarios.

Una vez instalado en su nuevo hogar, buscó a un agente literario para que lo encaminara, de esta manera firmó contrato con Roca Editorial que publicó Pasión Imperfecta.

De arquitecto a escritor, ¿cómo fue ese cambio en su vida profesional?

Siempre me atrajo la creatividad de la arquitectura, trabajé  en empresas constructoras, diseñando casas, locales, y con el paso de los años, empecé a hacer edificios de departamentos en Córdoba.  También, pinto con óleos y acuarelas.  Se nota en mis libros la impronta de arquitecto por la descripción de los lugares donde ocurrieron los hechos, describir los olores, las situaciones, los ambientes dentro de la historia.

¿Cuánto conlleva plasmar el resultado de un libro?

A mí la investigación me lleva un año, voy a los lugares, a la prensa, entrevisto a muchas personas,  accedo a archivos de los servicios de inteligencia de algunos países,  voy sumando información hasta que un momento doy eso por terminado y comienzo a escribir.  Cada persona tiene su metodología, la escritura tiene en mi caso tres etapas, la primera es la investigación, implica andar mucho, es fascinante, después sentarse escribir horas y horas. Pasa que cuando empiezo, a veces levanto la mirada y ya es de noche,  estoy metido en la historia, es difícil salir de ahí. La tercera parte es acompañar al libro en ferias, Clubes de lectura, cafés literarios y con la prensa. Ese derrotero me  ha llevado a conocer tanto a personas y lugares que nunca me hubiese imaginado.

¿Escribir es para todos?

Es para el que le gusta y para el que puede, porque como cualquier otra cosa que se hace, requiere de formación, aprendizaje y ciertas pautas para manejarse dentro de lo que es el oficio;  no hay una carrera universitaria para graduarte de escritor, sí hay algunas que te pueden llevar a ese lugar. Muchas veces me rechazaron notas que hice porque técnicamente no tenían detalles específicos.

¿Y a nivel editorial  fue rechazado?

 Sí, por supuesto varias veces, pero no me desmoralizó; lo tomé como un aprendizaje. Conozco historias de grandes escritores que hoy son famosos y que recibieron muchos rechazos como J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, la descartaron en 17 editoriales antes de ser publicada. Publiqué mi primer libro, Dizna, Mensaje desde el pasado en el 2010, al llegar a España iba inocentemente a las editoriales con mi texto y no lo aceptaban,  después me di cuenta de que necesitaba un agente literario, es muy importante porque si no, no te atienden.

¿Ha cambiado algún final después de escribirlo?

Muchas veces; no hace falta que cada final lleve a un corte abrupto o a algo espectacular, pruebo distintas maneras hasta que encuentro una que me convenza y lleve a un cierre parcial del relato.

¿Cuál es la mejor manera de seducir a un lector que se inicia?

Cuando tengo presentaciones, cuento la historia que hay atrás de mis libros,  que son situaciones verdaderas. Preguntan sobre cómo se hace la investigación, sobre el backstage. Eso interesa mucho. Cada lector elige y decide qué quiere leer y a veces lo comparte.

Además recibió un premio.

 Me sorprendió, no lo esperaba, fue un elogio que me dio el Inadi en mi ciudad, se asoció con la Agrupación para el Progreso y la Educación y con apoyo del Ministerio de Educación. Más que todo era dejar un testimonio positivo y enriquecedor.

¿Tienen los personajes alguna similitud con usted  o con  gente de su entorno?

Solamente en la primera novela  que está basada en la historia de mi familia y pasa por los tiempos del holocausto. Muchos me han dicho que el personaje de ficción se parece a mí, pero no soy yo.

 ¿Por qué el nombre de Dizna?

Es un pueblito que está en Bielorrusia donde nació mi padre y mis abuelos, llegaron  a Argentina, antes de la segunda guerra mundial, mi padre quedo huérfano,  el único contacto familiar  por algunas cartas escritas en idish eran  de sus abuelos, primos y tíos que quedaron en Bielorrusia. En 1941, cuando termina la guerra, los busca a todos pero no encuentra nada. El pueblo quedó detrás de la columna de hierro, nunca supo nada de ellos, a parte era un adolescente, dio vuelta a la página a su vida, en el 90 recibimos una carta de una  joven de Canadá, con una fotocopia de  una fotografía muy antigua, cuando se la muestra a mi padre, reconoció que eran sus vecinos y sus primos; comenzamos una investigación extensa. Fue cerrar un capítulo ya que las historias de Dizna eran temas muy conversados en la mesa familiar;  teníamos la idea de Dizna como una fantasía lejana y de pronto cobró vida. Dizna estuvo agotado a los 2 o 3 meses de ser publicado y se hizo una segunda edición. A partir de allí fui convocado a dictar charlas sobre ese tema en la Universidad de Córdoba y en muchas escuelas donde converso con los jóvenes sobre los derechos humanos.

¿En la pandemia escribió más o hubo bloqueos?

Al principio costó pero después  la escritura y la pintura fue una manera de poder sobrevivir.  Debía pasar el 2020 en España pero quedé varado, Uno de mis libros tenía que salir desde barcelona en el 2020, la Editorial  pospuso la salida del libro, fue un momento duro pero cobré fuerzas. Entre pintar, escribir y las entrevistas por zoom, pude pasar mejor ese tiempo de encierro.

Otra de sus novelas tiene un título muy atrapante: Pasión Imperfecta

Es la historia de dos personajes muy fuertes, tremenda pasión, con torbellinos, transcurre en una época entre el final de la primera guerra mundial y de la segunda, con sucesos impactantes de una emoción a veces destructiva.

¿Hay diferencias entre el lector argentino y el español?

No hay mucha, cada libro cambia con el lector que lo toma, puede ser que en Argentina haya un número considerable de mujeres que les gusta la novela romántica. En España esto no sucede, porque hay  otras preferencias aventuras, historia, etc.

¿Cómo vivió el desarraigo?

En algunos aspectos bien y en otros no tanto; estoy en Barcelona, una ciudad maravillosa, todo es bonito y se camina mucho, pero es difícil decir que es mi lugar. Córdoba es distinto, los árboles están descuidados, las veredas rotas pero es mi ciudad y gran parte de mi vida está ahí. Los amigos de la infancia, los asados, se extraña mucho. Acá hay bastantes actividades fáciles de acceder, la gente es sociable pero con límites.

¿Cómo se siente de ser un hacedor de novelas?

Soy apasionado de lo que hago, disfruto descubrir un nicho, investigarlo, ponerlo en papel y además siento que transmito lo que soy en mis libros.

¿Cuál es su lema de vida?

Intento ser feliz y estar con las personas que quiero; tener vivencias de lo que me gusta, no sólo escribir, viajo, paseo, practico buceo, navego.

LIBROS QUE COBRAN VIDA

 Primera novela: Dizna, Mensaje del pasado: “La cruenta historia familiar durante el holocausto. “Pude atar mi historia a la historia. Dice el Talmud: Aquel que sabe de dónde viene, sabrá hacia dónde ir”.

Segunda novela: El enigma Weiss: Escribía un libro de aventuras pero me topé con un personaje que había pasado por eventos y personajes que me conmovieron, y lo relaté”.

Tercera novela: Pasión Imperfecta: “Una aventura entre dos personajes muy fuertes que transitaron una época de eventos increibles, me pareció fascinante”.

Cuarta novela: El Misterio de Carcaixent: “Sucesos acaecidos entre la España de Franco y la Yugoeslavia de Tito. La situación era tentadora pero la investigación dificultosa. Dos totalitarismos opuestos, en una trama enredada. Una serie de casualidades en un día, hicieron que pudiera llegar a investigar en profundidad y decidí hacer el libro”. Quinta novela: (Sin nombre aún): “El relato se centra en la Alemania de la guerra fría. Una Berlín dividida por un muro con situaciones muy particulares”.

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