Dos investigadores crearon un dispositivo que detecta exceso de fluoruros en el agua

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Los investigadores argentinos que viven en Japón junto a pares de ese país buscan simplificar el proceso de detección de esa sustancia que es beneficiosa en cantidades adecuadas, pero perjudicial en exceso, en los cauces de agua.

Un equipo de químicos argentinos y japoneses diseñaron un dispositivo portátil de bajo costo que se conecta al celular y detecta fluoruros, para luego enviar los datos a través de una app con el objetivo de brindar información sobre los niveles de este elemento en áreas sin suministro de agua de red.

“La presencia de fluoruros en el agua tiene efectos beneficiosos hasta ciertos niveles y es por eso por lo que muchos países incorporan bajos niveles de fluoruro en el agua potable, así como lo podemos encontrar en la pasta de dientes”, contó a Télam Manuela Kim, doctora en Química (UBA).

Pero aclaró que “por encima de ciertos niveles el flúor ataca la formación del esmalte dental, la correcta formación de los huesos y reduce la funcionalidad de las articulaciones”.

Por eso señaló que “dado que el fluoruro está presente en las aguas naturales, es importante detectar los cauces de los ríos que pueden tener niveles superiores a los recomendados por las Naciones Unidas para alertar a las poblaciones de los riesgos”.

Como los equipos para su determinación suelen ser costosos y requieren cierto nivel de entrenamiento para su uso, el equipo investigador decidió reducir la complejidad del dispositivo, incorporar materiales porosos avanzados, transferir la electrónica al celular y utilizarlo también como fuente de energía para el dispositivo y como medio de comunicación de los datos obtenidos.

“El dispositivo ya ha sido probado en aguas naturales de Tanzania y Kenia (un lugar donde hay una alta incidencia de fluoruros en aguas naturales) y los resultados han sido validados estadísticamente contra un método de laboratorio”; describió Eugenio Otal que integra el equipo junto a Mutsumi Kimura, doctor en Química, de la Universidad Shinshu (Japón); Manuela Kim, doctora en Química (UBA); y los investigadores Hideki Tanaka, de la Universidad de Shinshu y Juan Hinestroza, de la Universidad de Cornell.

“Sería interesante probar el dispositivo en Argentina, especialmente en Córdoba y San Luis, donde los niveles de flúor son elevados. Aunque los niveles son más bajos que en Tanzania y Kenia, los efectos en los dientes de la población local son visibles”, indicó Eugenio.

Todo el sistema es libre: “Están disponibles todos los datos para poder armar un dispositivo, componentes, planos, códigos Arduino (una plataforma de hardware libre), solo tienen que imprimirlo, programarlo y tener muy pocos reactivos químicos. La aplicación para obtener los datos con el celular también está disponible aquí”, detalló Otal. Los datos luego se transmiten por mail, SMS o la vía elegida. También señaló que lo pueden contactar (a su cuenta de Twitter @Eugenio_Otal) “si hay alguna empresa interesada en implementar la tecnología“.

Cuentan con dos sistemas químicos: uno muy simple que se puede producir localmente sin mucho equipamiento y hasta con impresoras 3D. El otro sistema “es un poco más complejo, pero nada terrible, necesita un horno que llegue a 130°C, es mucho más estable en el tiempo, así que lo podes producir y enviarlo”, explicó el investigador.

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