Día del Guardavidas: la historia de Guillermo Volpe

Historias para contar

Es uno de los oficios que se asocia rápidamente a vacaciones y uno de los más arriesgados: los guardavidas son mucho más que rescatistas, silbatos y boyas. Son las personas que ponen el cuerpo en cada temporada, ya sea en piletas o en las playas.

Cada 4 de febrero se celebra el Día Nacional del Guardavidas en homenaje a Guillermo Volpe, un socorrista que dejó su vida para salvar la de un niño. El fatídico hecho sucedió el 4 de febrero de 1978 en el balneario “Oasis”, en Playa Grande, Mar del Plata. Ese día, de sol y calor, un chico de 10 años se había arrojado a las aguas y, como suele suceder en algunas oportunidades, el mar lo fue apartando de la orilla.

Guillermo hacía dos días que había empezado a trabajar en esa playa, ya que anteriormente trabajaba en el Puerto, cerca de Punta Mogotes. Estaba junto a otros compañeros mirando el horizonte. Al observar que el niño se alejaba cada vez más y ante la imposibilidad de su retorno por fuerza propia, el grupo no dudó ni un instante en ir hacia su rescate.

Mediante unas cuantas brazadas llegaron hasta el pequeño y lograron agarrarlo. Guillermo pudo asegurarlo y sacar la víctima con la ayuda de otros dos guardavidas. Había aplausos, susto, pero tranquilidad porque el pequeño ya estaba en la orilla. Pero faltaba Guillermo.

Enseguida sus compañeros comenzaron a buscarlo, se montó una búsqueda para dar con su paradero. Las horas pasaban y la desesperación se apoderaba de sus compañeros, amigos y familiares.

Dos días después, su cuerpo fue visto por dos guardavidas en la Escollera Norte. De inmediato, se arrojaron al mar para poder recuperarlo. Horas más tarde, los resultados de la autopsia determinaron que había muerto de un infarto cuando intentaba rescatar al chico.

Fue el primer fallecimiento de un rescatista del mar que se había registrado hasta el momento, razón por la cual su caso conmocionó no solamente a los vecinos de Mar del Plata, sino también de muchas partes del país ya que por la singularidad del hecho se había dado trascendencia en algunos medios nacionales.

Al año siguiente, sus colegas propusieron dedicar este día a homenajear su memoria. Cada 4 de febrero se hace un acto conmemorativo en el que se depositan ofrendas florales en el monolito ubicado en la entrada del balneario donde falleció.

Además, se lleva a cabo una competencia de natación denominada “Copa Guillermo Volpe”, a manera de homenaje.

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