Daniel López nació en 1969 y en febrero cumplió sus 55 años. Tiene síndrome de Down y Gustavo Garzón filmó un documental para contar su historia, la cual lo convirtió en una personalidad de la localidad de Chimbas, en San Juan.
Daniel tiene Síndrome de Down y en 2004 comenzó a vender pochoclos en la calle, un año después logró lanzarse como emprendedor y fundar la fábrica de pochoclos “Danielito”. Al canto de “llegó la alegría, llegó el amor”, se hacía anunciar en toda la ciudad y así acercó sus pochoclos, garrapiñadas y pralinés a todos los vecinos de Chimbas.
Con el tiempo también ingresó en la universidad para estudiar Administración Pública y hace unos años se convirtió en la primera persona con Síndrome de Down en integrar la planta permanente del municipio de Chimbas. Actualmente se desenvuelve como director del Área de Discapacidad en esa localidad.
A lo largo de su historia ha superado grandes obstáculos y por eso le dijo a Gustavo Garzón que quería que su historia quedara plasmada en una película.
Daniel y Gustavo se conocieron cuando el actor (padre de mellizos con Síndrome de Down) fue a presentar a San Juan la película “Down para arriba”.
Este año finalmente Gustavo viajó hacia Chimbas para plasmar en el documental “Llegó la alegría, llegó el amor”, la historia de Daniel.
Como referente para su ciudad, su provincia y toda Argentina, Daniel anima a las personas con síndrome de Down a perseguir sus sueños y sus metas.
“Las personas con síndrome de Down se pueden integrar en todos los aspectos de la vida. En la parte laboral, educativa. Si nos ponemos en nuestro propósito luchar vamos a salir adelante todos juntos”, dijo a Diversidad.
“Danielito” es el más chico de cinco hermanos. Su papá falleció cuando él tenía 15. Asistió a la Escuela de Educación Especial Merceditas y de ahí fue a la Escuela SARM. Terminó la primaria en 1984 y luchó para poder hacer el secundario; ingresando a la Escuela Cortínez en 1987, egresando como Perito Mercantil en 1990. Fue uno de los primeros jóvenes con Síndrome de Down en recibirse del secundario.
Mientras iba al secundario comenzó a trabajar en la verdulería de su familia y en la época de Alfonsín tuvo que salir a las calles a vender estampitas para ayudar a la economía familiar, luego vinieron los pochoclos y más tarde cada uno de sus méritos.
Actualmente también cuenta con la Fundación “Danielito”, donde apunta a la inclusión de personas con Síndrome de Down en los diferentes ámbitos de la vida y su sueño es poder expandirla a otras provincias.
Fuente: Cadena 3
