Creó el parque inflable “más grande de Latinoamérica” y lo estrenó en Pinamar

Historias para contar Slider costado

Marco Capalbo (33) ideó una recreación que tiene más de 300 metros de largo en los que hay que superar varios obstáculos para llegar a la meta. El juego recorrerá el país: el próximo destino será Mendoza

En Pinamar hay muchas actividades de esparcimiento por fuera del típico plan de playa. Desde iniciativas culturales y paseos por la ciudad hasta opciones para relajarse en el bosque y otras que invitan a ejercitar el cuerpo y hacen de la estadía una experiencia completa y divertida. Este verano el centro turístico sumó una nueva propuesta: el parque inflable “más grande de Latinoamérica”.

Se trata de una recreación desarrollada por Marco Capalbo, un emprendedor de 33 años al que se le ocurrió la iniciativa mientras vivía en Australia. “Viví un tiempo allá, siguiendo un poco la fantasía de una experiencia en el mundo soñado. Ahí conocí un proyecto parecido, con un inflable similar en el que empecé a trabajar como empleado. Siempre tuve la idea de que se podía replicar en la Argentina y cuando volví después de tres años -a principios del verano pasado-, quise probar suerte”, contó.

La recreación consiste en realizar un recorrido de 292 metros de extensión atravesando varios obstáculos (Matías Arbotto)

El resultado fue Super Jump, una estructura que está haciendo su estreno absoluto y que tiene en total 35 piezas con aire que componen un recorrido de 316 metros de largo y 5 de ancho a través del cual hay que superar diversos obstáculos para llegar a la meta. Capalbo asegura que la mayor recreación de este tipo en la región hasta el momento se había montado en Chile y “tenía unos 270 metros”. En Pinamar está instalada en el predio de Camarones Rugby Club, sobre Av. Intermédanos al 700.

Por una cuestión de espacio, algunas de las piezas no se pudieron armar. Así, el inflable se inauguró con 292 metros de extensión y 33 motores en funcionamiento. En su interior, a lo largo de las casi tres cuadras, hay paredes para escalar, pendientes para deslizarse, toboganes, pelotas colgando que hay que esquivar, tubos y esferas que se atraviesan a los saltos, entre otros desafíos. Completar el recorrido lleva unos 20 minutos y el circuito, además, cuenta con redes de soporte de seguridad y cuatro salidas de emergencia para aquellos que el trayecto les resulte demasiado largo.

El diseño del inflable se desarrolló tomando como referencia uno estándar. “El año pasado volví a Australia unos cuatro meses como a despedirme y desde allá empecé a trabajarlo con una fábrica china, ya que el horario me daba perfecto”, relató el emprendedor, y continuó: “Lo adapté más a lo que es público argentino. Está pensado para que los padres vayan acompañando el recorrido de sus hijos, caminando por el costado y pudiéndolos ver sin necesidad de subirse al inflable. Además, pensando en el verano y el sol, pusimos redes para que dé un poco de sombra”.

Capalbo dice que el juego es para todas las edades: “No es exclusivo para niños porque hay obstáculos muy desafiantes que los chicos los pasan caminando por un costado y son los adultos los que los juegan”. Los menores de 5 años ingresan de manera gratuita pero deben ir acompañados de un adulto que debe comprar su ticket. Funciona todos los días de 17 a 23 y el horario de mayor concurrencia es antes del anochecer: “Cuando son días de playa la gente viene entre las 19 y las 21. Y cuando está nublado hay mucho más movimiento: el otro día tuvimos como 200 personas acá”.

"El diseño está pensado para que los padres vayan acompañando el recorrido de sus hijos sin necesidad de subirse al inflable", señaló Capalbo (Matías Arbotto)

 “Mi familia es del mundo del espectáculo. Mi viejo era productor, hacía conciertos, recitales. Yo decidí hacer mi propio camino en el mundo corporativo (trabajó para una multinacional de alimentos congelados, para una compañía de bolígrafos y para un laboratorio) y en Australia reconecté un poco con esa parte que mamé de mi familia sobre lo que es producir eventos. Esto tiene algo de eso, pero más alejado de lo artístico y más cerca de lo familiar, más a mi medida”, agregó Capalbo sobre el camino que atravesó hasta desembarcar en Pinamar.

El próximo paso con su proyecto será recorrer el país: “Esto va a ir a Mendoza en marzo y después tenemos que empezar a programar fechas”. Ya hubo primeros contactos para que el atractivo visite Neuquén, Corrientes, Córdoba y Rosario.

Durante esta temporada de verano, en Pinamar hay varias actividades para disfrutar en familia. Una alternativa de entretenimiento inteligente es Escape Room, compuesta por diferentes salas temáticas en las que hay un máximo de 60 minutos para escapar de ellas. En estos espacios se pone a prueba el intelecto personal, y cada participante solo logrará superarlo a través de la puesta en marcha de la lógica, la creatividad, la destreza mental, la comunicación y el trabajo en equipo.

También está Sector 400, en un predio que se ubica en el kilómetro 398.5 de la Ruta 11, en Valeria del Mar. Allí se puede practicar paintball o tirolesa, visitar la Casa del Horror y andar en karting. Por otra parte, en el Eco-Parque de Cariló (Avellano 168) hay actividades similares, con puentes colgantes, escaladas, palestra y arquería.

El juego es para todas las edades y funciona todos los días de 17 a 23 (Matías Arbotto)

Además, hay circuitos de ciclismo. Por ejemplo, en Pinamar se pueden recorrer sobre ruedas 10K desde Av. Shaw y Av. Bunge, hasta la calle Olimpo y retornando por Libertador; en este caso la dificultad es media/alta. Un trayecto más corto y menos exigente es el de los 700 metros desde Av. Bunge y Av. del Mar hasta el muelle. En tanto, un camino para realizar en bicicleta de Ostende a Valeria del mar va desde el inicio de Av. La Plata hasta la entrada de Cariló por Pinzón: son 9K, con dificultad media/baja.

FUENTE: INFOBAE

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