Conocé al artista que creó el beso más grande de Buenos Aires

Historias para contar Slider costado

Es argentino y tiene una gran historia artística.

Entre el ilustrador y animador Sebastián Curi y el Centro Cultural Recoleta hay una historia de amor. Fue el primer artista en pintar la fachada del edificio histórico para el ciclo de eventos gratuitos “Amor de verano” y, cinco años después, volvió a hacerlo para el cierre del mismo. La primera vez plasmó en la pared un abrazo, ahora es la “imagen de un primer beso” que domina la Plaza Francia. Un chico y una chica gigantes, el nacimiento de un amor de verano, una emoción a flor de piel con explosiones y fuegos artificiales alrededor de ellos.

El beso más grande de Buenos Aires

“Quería representar la idea del romance de manera casi naif, que conjugue retratos universales de gente de Buenos Aires” dijo Sebastián Curi desde Los Ángeles, una “ciudad compleja” en la que vive desde hace tres años. Además de la fachada, el ilustrador realizo unos pines y una serie de cuatro afiches que se entregan gratis en el centro cultural todas las tardes.

 “No dibujo con referencias, lo hago siempre desde la memoria y la emoción. Quise plasmar arquetipos de personas que uno se puede cruzar en Buenos Aires, chicos y chicas, representar un espectro amplio de géneros, que sea muy abarcativo en colores y formas”, continuó el artista argentino.

Curi, que comenzó a dibujar hace unos seis años cuando se fue a vivir a Estados unidos, dijo que es “un gran admirador del trabajo del CC Recoleta”. “Es un lugar muy importante en Buenos Aires, que me significa un montón. La bandera del Recoleta es ampliar nuestra idea de género, de identidad, algo que los chicos ahora ya traen. Quise acompañar en eso y que se vean representados”, sostuvo sobre la serie de carteles que hizo.

Sobre la fachada, Curi contó que el encargo le llegó justo en los días en que la Selección ganó el Mundial, y eso se ve reflejado de cierta manera en el mural.

“Tiene algo de los colores de la bandera, con el celeste el blanco y el amarillo, una energía celebradora. Quise darle al CCR una bandera que celebre el trabajo que hacen, con amor y pasión. Son dos chicos flotando, a punto de darse un beso en medio de un cielo estrellado, con fuegos artificiales. Cuando das tu primer beso se te mueve todo, quise conectar con esa idea de las mariposas en la panza, dibujar algo accesible y universal”, comentó.

Cómo se hizo el mural en El Recoleta

El Centro Cultural Recoleta es un Monumento Histórico Nacional, y, por lo tanto, no puede remodelarse, pero sí intervenirse. La ejecución del mural quedó a cargo del grupo Rojo Vivo. Para eso, “proyectaron la imagen de noche sobre la fachada, se traza el mural y en unos días lo pintan con grúas y mucha, pero mucha pintura”, explicó Curi. “Parece fácil de la mano de los chicos de Rojo Vivo, pero es algo muy complicado. Es un orgullo que sean argentinos”.

Sebastián Curi diseñó además afiches y pines que se entregan en el Centro Cultural Recoleta. (Foto: Instagram/sebacuri).

Curi x Curi

Según el CCR, la obra del ilustrador y animador “transmite el encuentro, la vitalidad y la energía de la temporada de verano, a través de formas impactantes y colores vibrantes”.

El artista definió su propio trabajo como “muy gráfico y muy simple, popular y alegre”. Curi es también diseñador gráfico y animador y según dijo hay mucho de ese mundo en lo que hace.

 “Mi obra es muy pop, con mucha observación. Pinto lo que veo y vivo, lo que me rodea. Me gusta trabajar con colores vibrantes. Me siento atraído por los colores, para mí son como un sentimiento que uno explora. Mis ilustraciones tienen una energía positiva, siempre van para adelante. La gente que ve mi trabajo debe pensar ´qué pibe contento’”, se río.

Sus ilustraciones son marcadas por el peso de la composición, con cuerpos sólidos, figuras concretas aunque no realistas y tienen al movimiento como constante.

El mural fue ejecutado por el grupo Rojo Vivo. (Foto: Instagram/elrecoleta).

En su trabajo, también “hay algo del mundo de la publicidad, con líneas claras y rápidas, que te queda fijado en la mente. Es algo difícil de hacer, es difícil ser universal”, sostuvo. Curi interviene una multitud de soportes, desde paredes, cuadros, hasta “ilustración digital para cualquier celu”.

El artista se mudó varias veces de chico y creció en Bolívar, Mar del Plata y la zona sur de Buenos Aires, entre Dock Sud, Avellaneda y Lanús, en una familia de trabajadores. Nadie esperaba que se dedique al arte. “Soy hijo de una maestra y un taxista. Nadie en mi familia está vinculado con el arte. Entre ilustrador y astronauta, me quedaba más cerca astronauta. Soy la prueba de que se puede ser de Lanús y hacer arte”, aseguró entre risas.

Estudió postproducción audiovisual en Lanús y diseño gráfico en la UBA. Recién comenzó a dibujar hace unos seis años, cuando se fue a vivir a Estados Unidos con su esposa, la también artista Macarena Luzi, con la que ahora comparte un estudio en Chinatown (en el que también está siempre presente su perro salchicha, Panchi).

“Antes no dibujaba. Nunca dibuje de niño y sigue siendo algo nuevo y fresco para mí. Venir a EEUU me abrió esa puerta, probar ‘ser artista’. Mudarse a otro país es algo muy perturbador, es una experiencia transformadora”, confesó el ilustrador, que cuenta entre sus clientes a grandes marcas tecnológicas como Apple, Facebook, Adobe, Spotify o Uber, entre otras.

Sebastián Curi vive en el exterior desde 2016. Vivió en Los Ángeles, Vancouver y Barcelona. (Foto: Instagram/sebacuri).

2022, un año ATR

Para Curi, el año 2022 fue intenso y consagró su figura a nivel internacional. Hizo obras para el parisino teatro de Châtelet, una tapa para el suplemento para niños del New York T y una colección de ropa para el gigante de la moda Zara con varios de sus motivos favoritos, como las manos, y colores fuertes.

 “Nunca había hecho una colección completa de ropa, desde remeras hasta accesorios. Laburar con una marca global tiene una escala que asusta. Siempre trabajo en una superficie plana y trabajar con ropa me obligó a cambiar eso”, dijo sobre su colección, que bautizó “De qué color es el color del cielo”, siempre con esa idea de universalidad en el fondo.

”El cielo cambia de color según donde estás, pero una chica en Corea y un pibe en Lanús pueden tener la misma remera, medio barata, con una pieza de arte mía”, dijo con orgullo Curi, que no teme el encuentro entre lo artístico y lo comercial.

“Para muchos está mal visto, a mí lo poular me suma y me representa. Es controversial pero está bueno generar algo interesante dentro de este marco, la ropa o la publicidad pueden ser vehículo de arte y tener profundidad”, zanjó.

Sobre la tapa para el Times, dijo que lo contactó una directora de arte del diario neoyorquino después de ver sus obras en Instagram. “Estados Unidos es un país gigante y el New York Times tiene una escala muy grande. Hacer este tipo de proyecto se siente como un premio”, sostuvo al respecto.

Le pidieron una ilustración para un suplemento sobre el cambio climático, con la idea de concientizar, de llamar a la acción. Mandó cerca de sesenta dibujos, aunque el que eligieron fue uno de los primeros que envió. “Para mí fue increíble El cambio climático es algo que me preocupa. Con mi esposa tratamos de ser lo más sustentables posible, hacemos compost, tratamos de no usar tanta ropa ni consumir tanta carne”, explicó.

En 2022 el ilustrador argentino vio su obra plasmada en una tapa del New York Times y en una colección de ropa. (Foto: Instagram/sebacuri).

Según dijo, la repercusión del dibujo fue muy positiva. Y Sebastián, de 36 años, la sintió especialmente a través de sus redes sociales. “Me mandaron fotos con la tapa del diario, me etiquetaron. Con las redes la gente levanta la bandera de uno, amplifica tu voz. Hay gente que conecta con mi obra y me escribe”, afirmó sobre el ida y vuelta virtual con sus seguidores.

La obsesión por las manos

Las manos son muy presentes en la obra de Curi, y tienen que ver con su propio camino como artista, cuando soltó la computadora y comenzó a agarrar lápices para hacer ilustraciones.

 “Muchas veces comienzo a trazar formas y voy entiendo de a poco, a medida que las voy haciendo. Las manos son como la imagen que me representa en el mundo, como una firma, un retrato mío. El gesto es todo, la mano es todo, es poesía, es el modo por el que las ideas bajan de la cabeza al papel. Transformamos la realidad con la mano. En una época en la que estamos siempre con el celular, agarrar un lápiz y una hoja es una forma de bajar la velocidad, de prestar atención a otra cosa”, concluyó.

FUENTE TN

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