Adria inició su proyecto en 2017: decidió poner dos sillas, una pizarra y plantarse en medio de la calle para ofrecer conversaciones gratis a todo aquel que quisiera.
La iniciativa que llevó a cabo Adria Ballester en Barcelona no es para nada usual. Y más en tiempos donde uno necesita sociabilizar y tener la mirada del otro sobre cualquier circunstancia. Adria detectó una falta de comunicación interpersonal en la sociedad y quiso poner su granito de arena para intentar modificarla. Y no pensó que iba a tener tanta repercusión: lo que arrancó hace cuatro años, hoy se convirtió en un movimiento global que está adquiriendo una dimensión muy importante. En la actualidad, varios voluntarios están repartidos por distintas partes del planeta, de manera desinteresada, a quien lo necesite.
El movimiento se denomina “The Free Conversations” –conversaciones libres- y se expande de manera natural, sin que su impulsor se haya dedicado de forma activa a la búsqueda de voluntarios y socios. Tanto creció que ya cuenta con cinco personas que ofrecen conversaciones por las calles de México, Taiwán y Barcelona. Además, hay una persona en Toronto, que se encarga de coordinar a los voluntarios que puedan surgir en Norteamérica, otra en Ecuador y también en París.
México
Gaal tiene 70 años y ya salió en tres ocasiones a ofrecer conversaciones a la calle. Lo hace en Guadalajara y en varios idiomas: español, francés, inglés y hebreo. Acostumbra a ofrecer servicio una vez por semana, los viernes de 11 a 15 h, pero ya se está planteando aumentar el trabajo por la gran demanda. “Los que hacemos de voluntarios, tanto damos como tanto recibimos, te toca el corazón”, cuenta.
Adria forma a los voluntarios y estos pasan por varias fases antes de salir a las calles. Primero, una entrevista. A la semana siguiente, tienen una videoconferencia para la formación. “La tercera semana hablamos sobre qué se pueden encontrar al salir a la calle, por ejemplo cómo actuar si se les acerca alguien que esté borracho, y la última semana, ya salen”, cuenta el creador del proyecto.
El objetivo
Adria cuenta la meta que tiene: “Quiero que cualquier persona del mundo, sin tener en cuenta raza o género, pueda tener un voluntario para hablar en la calle para expresarse libremente sin sentirse juzgada y desde el anonimato. Ahora tenemos una media de 10 personas a la semana por voluntario. En México la media es superior”. Además, otro de los objetivos que persigue esta iniciativa es dar a conocer algunas de las historias personales con las que se cruzan para que otras personas las puedan tomar de inspiración.
FUENTE: LA VANGUARDIA
