La marcha tuvo como principales objetivos pedir el fin del homoodio, “el reconocimiento de los placeres y deseos” de la comunidad y el cupo laboral trans.
El sábado 9 se realizó por primera vez una marcha del Orgullo en Azúl, provincia de Buenos Aires, a la que asistieron cientos de personas, entre ellos, figuras reconocidas como Dyhzy, la Coneja China y Neneca. El masivo evento se llevó a cabo en la Plaza San Martín desde la tarde hasta la noche, pidiendo que se termine el “odio LGBTIQ+” y reclamando por “el reconocimiento de los placeres, deseos y experiencias de vida” de la comunidad. También, marcharon por el cupo laboral trans.
“Tuvimos el apoyo de la sociedad de Azul. Durante la marcha no hubo problemas, mucha gente se acercó. Fue una hermosa ocasión festiva”, comentaron en diálogo con TN miembros del comité organizativo. Añadieron que la idea surgió de “una necesidad” de visibilizar sus reclamos en “un lugar tan conservador” como parece ser Azúl.
La jornada contó con una feria con diferentes emprendimientos, participación de los grupos musicales Fifi Tango, Putite de Mama, Son pololos y Chocolate Remix, y con la presencia de Dyhzy, figura del mundo Drag e hijo del actual mandatario del país, que estaba de visita en la ciudad junto a un grupo de amigos.
“Vivimos en un partido que lleva por nombre ‘Azul’. En este día, 9 de enero, venimos a pintarlo de más colores: somos nosotros, los que estuvimos, los que caminaron esas calles, los que las caminarán en el futuro, los que estamos acá presentes”, expresaron en el manifiesto de la primera Marcha del Orgullo de Azul.
En un comunicado que difundieron en las redes sociales, criticaron el accionar de las autoridades locales quienes, sostuvieron, “no estuvieron dispuestas a brindar alternativas que resguarden al público del evento”. Además, afirmaron que, pese a que tuvieron un encuentro con los funcionarios municipales, finalmente no contaron con su ayuda por problemas “en la comunicación interna”.
“En la región, varios tienen eventos de este estilo y siempre viajábamos a esos lugares, pero no teníamos la nuestra”, contaron desde la comunidad. “Ahora no paramos de recibir mensajes de agradecimiento de personas que están contentas de que haya algo así en Azul”, concluyeron.