POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
“El 11 de diciembre se conmemoró el Día del Tango a instancias de quien fuera una personalidad importante de la cultura porteña: Ben Molar. Él dedicó su vida en la editorial Fermata a la edición musical y traducir obras al español; fue un emprendedor en muchas materias”. Así arranca la conversación con el académico fundador y secretario de la Academia del Tango, Walter Piazza, una charla con Optimism, en la que nos saca a bailar una pieza informativa sobre el pasado, presente y futuro del tango.
– El 11 de diciembre se celebró el Día del Tango, ¿qué significa para vos?
Es muy importante, como dije antes, recordar a Ben Molar quien luchó mucho para conseguir el Día Nacional del Tango. La fecha puntualmente es porque el 11 es el día que nació Carlos Gardel, y también Julio De Caro, quien incluso cuando se decidió confirmar la efeméride, aún estaba en vida. Esta fecha pasó a ser un emblema y nos sirve para recordar a todos los que viven “el mundo del tango”, que no solamente tiene que ver con música y poesía, sino que incluye la danza, el teatro, las artes plásticas, y la literatura. El tango es una manera de vivir. Lamentablemente los últimos años hubo algún tipo de mala prensa diciendo que es una cuestión pasada, y solamente con dar una vuelta por el mundo te das cuenta que no es verdad.
– ¿Cómo ves el presente del tango en Argentina ?
El tango tiene una vigencia poderosa, pero no está ajeno a lo que pasa en el mundo. Esto hace que vaya viviendo transformaciones lógicas; el tango es receptor de innovaciones y reformas, no es siempre lo mismo. Está en plena revolución, y evolución. En un principio mutó de lo académico a lo bailable, Piazzola fue aceptado primero afuera que en Argentina, sin embargo se impuso; eso quiere decir que siempre el presente del tango es incierto e impredecible. Hay nuevos poetas, nuevas voces, y más de 150 años de historia.
– ¿Es cada día más fuerte entre jóvenes y turistas?
Históricamente la juventud siempre adhiere. Los maestros de hoy eran jóvenes en los 60, tal vez no de la manera masiva que quisiéramos, pero está presente en la juventud. En la Ciudad de Buenos Aires la gran mayoría de la gente que visita turísticamente de alguna manera lo hace por la industria del tango. Puede ser por una clase, la ropa, los zapatos, la milonga; el tour por la Ciudad siempre tiene que incluir algo vinculado. Lo que más les sorprende es el abrazo del baile, en otras culturas, como la europea, no están programados para el contacto físico que proponen esos tres minutos de canción.
– ¿Hay un nuevo tango? Y si lo hay, ¿de qué habla?
Claro que hay un nuevo tango, y tiene una poesía muy actual. Históricamente abarcó temas sociales, y también letras jocosas que tienen que ver con la realidad, y otras que no son tan así. Se actualizan algunas temáticas, tal vez en los ’20 estaba el tema “El ciruja”, y hoy en día encontrás a “Carlitos cartonero”.
– ¿Cuál es el rol de la Academia Nacional del Tango?
Es un ente que se dedica a estudiar las artes del tango, no solamente la música, sino también la danza, el cine, teatro, radio, literataura y artes plásticas. Siempre dentro de las posibilidades que tenemos, tratamos de difundir artistas, hacer seminarios. No es un rol influyente, sino que es un rol de apoyo y sostén de la memoria. Horacio Ferrer, el poeta de Astor Piazzola, tenía esa visión de que la Academia era para estudios, archivo, y poder encontrar en ella el pasado, presente y futuro de la música. Físicamente es un patrimonio cultural con un museo, y archivo histórico de partituras y música.
– ¿Algunos artistas que debamos conocer?
Sería muy injusto nombrar a unos, y a otros no. Ojalá el tango pudiera tener difusión masiva, se han perdido muchos años por no conocer lo que estaba en vidriera. Convengamos que el tango es la música más antigua que tenemos, tiene casi la misma edad que la República. Debería haber un poco más de apoyo del Estado, y también del privado con la difusión, prensa y publicidad del género, que durante toda una vida nos ha dejado incontables artistas.