La naturaleza sigue sorprendiendo: luego de que Nicaragua se vea revolucionada por el nacimiento de un puma albino blanco en el Zoológico Thomas Belt, otro extraño suceso se reportó en Estados Unidos con la bienvenida de una nueva jirafa bebé sin manchas.
Con menos de un mes de vida la cría ya mide más de 1 metro y 80 centímetros, y está perfectamente integrada con el resto de la manada, a pesar de sus diferencias estéticas.
Los expertos creen que sea probablemente el único ejemplar que existe en el mundo actualmente, ya que la vida de una jirafa suele ser de aproximadamente 25 a 30 años. En 1972 nació en el zoológico de Ueno, Tokio, la última jirafa sin manchas de la cual se tiene constancia.
Ante la ausencia de las manchas, los expertos le realizaron análisis de sangre y compararon sus números con otra jirafa que nació dos semanas antes, ahí comprobaron que se encuentra sana y que no hay nada de qué preocuparse.
La importancia de las manchas para la subsitencia
Las jirafas utilizan las manchas como una forma de camuflaje que les permite sobrevivir en su hábitat natural. Así como también, se descubrió que el patrón, el tamaño y el color de su pelaje lo heredan de sus madres y podría determinar su supervivencia.
Según un estudio reciente, entre más grande y redondeados son los trazos en el pelaje de estos animales jóvenes, mayor es la posibilidad de sobrevivir. También se cree que las manchas pueden tener relación con la regulación de la temperatura y otras características aún desconocidas para los científicos.
En los últimos treinta años, la población mundial de jirafas disminuyó en un 40%. Aunque estas especies no estaban bajo gran riesgo de extinción, ahora están en la lista de animales “vulnerables”.
FUENTE AMBITO