Una pareja misionera radicada en Buenos Aires decidió emprender una travesía de 1200 kilómetros con su hijo

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Kevin y Nerea viven hace seis años en la localidad bonaerense de San Fernando, pero su corazón pertenece a la tierra colorada. Juntos idearon un viaje para llevar a su pequeño Thiago, de 4 años, a la ciudad de Garupá, Misiones. Para ello, agregaron a uno de los rodados un carrito en el que fue trasladado el niño. El trayecto fue largo y les dejó innumerables experiencias que nunca van a olvidar. Asimismo, en su llegada tuvieron un emotivo recibimiento por parte de sus familias. El amor se convirtió en motor del pedaleo y la recompensa fue magnífica.

Kevin relató que a la determinación la habían tomado hacía un año y medio. En este sentido, manifestó que para ellos representó un desafío hacer semejante travesía sin conocer cómo debían manejarse para que todo saliera bien. En vista a este último objetivo, el joven explicó que miraron videos de aventuras similares para saber qué se necesitaba para hacerlo realidad. Así que de a poco fueron ahorrando para comprar lo que necesitaban, como las bicicletas y el tráiler adaptado del niño. Cabe destacar que Thiago incluso llegó a pasar su cumpleaños en la ruta. Su padre recordó que lo festejaron con alegría al costado de una estación de servicio, y con regalos y detalles de fiesta.

Rutina aventurera

Sobre el día a día del viaje hasta la tierra colorada, Kevin sostuvo que no sufrieron ningún contratiempo grave. Tal vez, alguna goma pinchada, pero no más que eso. Paralelamente, contó que tuvieron que sortear los cambios de clima, ya que padecieron dos temporales en pleno pedaleo.

En cuanto a los descansos en la noche, dijo que el primer día durmieron debajo de un puente. Mientras que otras veces lo hicieron al costado de la ruta o en estaciones de servicio. Aunque también hubo personas que los hospedaron en sus casas. Por suerte, todo confluyó para que la pareja lo pasara de la mejor manera junto a su hijo. De hecho, remarcaron lo bien que se portó y lo cómodo que se sintió.

La calidez de pisar la tierra colorada

Al ser alusión de la travesía en bici, el misionero manifestó que ninguno podrá olvidar los doce días que vivieron. La definió como una experiencia increíble, en la cual cosecharon muchos amigos. Sin embargo, recalcó que lo más destacable fue la forma en la que lograron fortalecer la familia. Sucede que ambos son jóvenes y haber podido concretar el plan al lado de su hijo fue impagable. De igual manera, hizo énfasis en lo importante que fue contar con el apoyo de sus familiares que viven en la tierra colorada.

Finalmente, Kevin indicó que las bicicletas quedarán guardadas para siempre porque fueron las compañeras del ansiado desafío. Mientras que agregó que el amor a sus seres queridos los llevó a animarse a vivir nuevas historias. No obstante, ese cariño fue retribuido con una cálida recibida a casa, que incluyó un cartel que decía “Bienvenidos a Misiones”.  Incluso, las dos familias se reunieron en la casa de su mamá para esperarlos con alegría. Como mensaje final, el joven remarcó que nunca hay que olvidarse de disfrutar. Pero más aún, tener la certeza de que con fe todo lo que uno se proponga podrá ser logrado.

FUENTE: SER ARGENTINO

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