Cristina Mamani inauguró un merendero en el barrio Primera Junta, en Salta. Se las rebusca con las mamás y papás del lugar para que los chicos puedan hacer todas las comidas.
En el barrio Primera Junta en Salta hay chicos que pasan hambre y Cristina Mamani no quiso quedarse con los brazos cruzados. Pero ella es pobre, no tiene nada. ¿Cómo ayudar? Ella es tan pobre como todos allí. Cuesta imaginarse cómo, desde adentro de esas mismas profundidades, ella pueda alimentar a cientos de chicos.
Sin ayuda de ninguna institución, pero sí de las mamás y los papás del barrio, abrió un comedor y merendero. Y le puso de nombre “Por una sonrisa”, igual a la que ella siempre tiene en la cara. El desafío es sacar agua de las piedras. Multiplicar los panes. Lo que hace Cristina es un milagro y una revolución.
Cristina dio vuelta todo, porque da sin tener nada. Contradice las reglas de la economía que es la ciencia de distribuir recursos escasos. ¿Pero qué se puede distribuir si los recursos son nulos? ¿Qué se puede repartir de un cajón vacío? Nunca conocí a nadie que razone como lo hace ella. ¿Cómo se te ocurre dar si no tenés nada?
En las calles del barrio hay siempre muchos chicos y algunos perros flacos. Las calles son de polvo y la principal termina en un basural. En realidad, en dos basurales. Uno más chiquito (el viejo) y el otro que es enorme, gigante, descomunal. Parece que en ese lugar lo único que crece es la basura.
Cuando el Presidente Alberto Fernández pasó por Salta, Cristina le preparó una cartita. Pero las cartas de esta Cristina nadie las lee. Así que con las mamás del barrio van regularmente al “shopping” (así le dicen al basural para sacarle dramatismo) y buscan la ropa lo que otros tiran.
La arreglan, la cosen, la lavan tres veces, le ponen perfume y ya queda todo en condiciones para ser vendido. Por muy poca plata lo venden en la feria del barrio, entre la comunidad. La ropa es muy barata y de ahí los vecinos se visten, pero del resultado de las ventas también se alimentan.
Familias que pasan hambre. Barrios con uno y dos basurales. Chicos que se marean en la escuela porque la noche anterior no comieron nada. Así es hoy la Argentina de las mayorías. Ningún político nos va a sacar de esto. No es la economía estúpido. Es sólo tener un poco de humanidad.
FUENTE TN