Un padre diseñó un exoesqueleto robotizado para que su hijo vuelva a caminar

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El armazón es capaz de reconocer la voz y dejarle las manos libres del paciente.

Una gran iniciativa realizó un padre para su hijo que padece una enfermedad nerológica genética: le realizó un exoesqueleto que se controla a través de la voz, para que pueda desplazarse y abandonar la silla de ruedas. Lo positivo de esta acción es que, además de conseguir que Oscar Constanza, su hijo, volviera a caminar, el modelo tuvo muchos interesados. ¿Por qué? La diferencia de los otros modelos es que este deja las manos libres, lo que se considera una verdadera innovación en el rubro.

El padre, llamado Jean-Louis Constanza, que se ocupó del proyecto y montaje, es un ingeniero francés que, desde hace años, se especializa en robótica y es también, uno de los fundadores de la firma Wandercraft. El adolescente de 16 años sufre una enfermedad neurológica genética que provoca que sus nervios no envíen suficientes señales eléctricas a las piernas, lo que le impide mover los pies.

Cómo realizó el exoesqueleto

Durante cinco años, Jean realizó pruebas con un prototipo de la estructura en pacientes de diferentes clínicas de rehabilitación. Tras lograr la completa libertad de desplazamiento de personas con parálisis total en el tronco y extremidades inferiores, ajustaron el diseño hasta crear un exoesqueleto autoequilibrado, al que bautizaron Atalante. Una de las ventajas del exoesqueleto autoequilibrado es que está creado para un uso intuitivo. Es decir, se obtiene una optimización de las sesiones y se reducen los tiempos de preparación, para que la atención se centre completamente en la terapia. Para conservar la rigidez de la estructura, sin necesidad de enlazar las manos al chasis, el experto se las ingenió para atar el esqueleto a los hombros, pecho, cintura, rodillas y pies del joven.

Funciones de reconocimiento de voz

Lo atractivo de este equipo robótico es que tiene funciones de reconocimiento de voz. Ante la orden “Robot, levántate” el armazón atado a su cuerpo se pone en pie y comienza con los primeros pasos. “Antes necesitaba que alguien me ayudara a caminar, pero esto me hace sentir independiente”, reconoce Oscar. E

La firma no cuenta con un exoesqueleto de uso personal, ya que el actual tiene un peso y volumen poco recomendable para el desplazamiento en hogares u otros espacios que no sean hospitales. No obstante, los fundadores trabajan en una versión que se adapte a las necesidades de todas las personas con discapacidad motriz y lo puedan dejar al lado de sus camas.

FUENTE: CLARÍN

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