Pedro Edgardo Miranda es mexicano y fue perdiendo la visión de forma gradual. Aprendió técnicas de escultura y fotografía análoga que aplica en sus obras. Conocé su trabajo.
Una historia que une un sueño y un gran amor propio para llevarlo a cabo. Porque no importa qué tan difícil sea, lo importante es intentarlo y realizarlo. Pedro Edgardo Miranda perdió la visión de forma gradual a los 16 años, pero durante este periodo aprendió técnicas de escultura, fotografía análoga, así como el uso del laboratorio fotográfico y de elaboración de papel artesanal y cerámica. Actualmente tiene 39 y en una entrevista que le realizó el sitio yotambién.mx confiesa que contrario a lo que todos piensan el sentido de la visión, es el que más usa para crear su arte a través de la imagen.
“La visión es el sentido que más ocupo para realizar mi trabajo plástico. También ocupo los otros, pero realmente toda mi obra la baso en la visión obtenida a través de los ojos y los sentidos de los demás”, contó. “Para mí es importante recalcar que el arte siempre ha sido un trabajo colectivo: debemos recordar que, detrás de esas grandes firmas que vemos en los museos, existen comunidades enteras de personas que trabajan por un objetivo común que es realizar la pieza que termina frente al público en las salas de exposición”, explicó.
“La fotografía que hago es generalmente construida y eso me da acceso total a las maquetas que diseño previamente. Siempre reviso mis imágenes con amigos, asistentes, trabajadores, colaboradores… de tal manera que mis ojos físicos no pueden ver la obra que creo, pero mis ojos mentales sí pueden hacerlo a través de la mirada del otro”, detalló. Pedro asegura que vivió mucha discriminación durante la adolescencia y que gracias a su comunidad y grupo de amigos pudo terminar la escuela.
La fotografía llegó a Pedro al mismo tiempo que la ceguera y la rehabilitación. “En la biblioteca de ciegos donde yo trabajaba se encontraba el Centro Forográfico Manuel Álvarez Bravo, el segundo museo de fotografía más importante de México”, contó. “Para mí hasta ese momento la fotografía solo se limitaba a los recuerdos familiares, las clausuras de la escuela, la gente que murió, los cumpleaños o los famosos. Durante una sesión, la fotógrafa Norma Quintana me pasó su cámara que ocupaba película de 120 milímetros y comenzó a explicarme el funcionamiento y la importancia de conocer la luz, la velocidad, el tipo de película y el sujeto a retratar”, recordó. “Quizá toda esta explicación fue lo que terminó de empujarme hacia los terrenos de la fotografía, además de que es fascinante cómo una imagen aparece de la nada en un papel gracias a los químicos y la luz”, agregó.
Es así, que en su trabajo mezcla la fotografía con el grabado para que las imágenes puedan tocarse. Al mismo tiempo, con las fotografías fuera de foco, quiere enseñarles a las personas que sí pueden ver, una de las tantas formas de la baja visión. La obra de Pedro ha sido exhibida desde 2002 en muestras colectivas e individuales en la ciudad de Oaxaca y la ciudad de México: Museo de los Pintores, Museo del Palacio, Museo del Textil, Biblioteca Pública del Estado, Museo Casa Juárez, Galería Universitaria de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, Taller Rufino Tamayo, Galería Arte de Oaxaca, Centro Nacional de las Artes, Instituto Blaise Pascale, Centro Cultural de la Diversidad, entre otros espacios. Ha expuesto su obra en otros países como Chile y Cuba; su trabajo se ha publicado en medios impresos de España, Inglaterra, Holanda y Estados Unidos.
