Camila De Pamphilis tiene 31 años y estudió Diseño Industrial en la Universidad de Buenos Aires. Impulsora de la innovación social en salud, desarrolló un sistema que utiliza un software como servicio de diagnóstico centrado que busca reducir la mortalidad del cáncer de mama. Se trata de un algoritmo de inteligencia artificial que estudia las diferencias imperceptibles al ojo humano en imágenes mamarias. Por su trabajo, acaba de recibir un importante reconocimiento en Estados Unidos.
Desde hace cuatro años, logró digitalizar sistemas de análisis de estudios mamarios e implementar redes provinciales de mamografías para que las mujeres de las provincias tuvieran mamografías gratuitas y de alta calidad. Es con su trabajo busca contribuir a una atención médica universal de alta calidad, con el objetivo de hacer que la salud sea accesible, eficiente, personalizada y humanizada.
Recientemente, recibió la noticia de haber sido reconocida como uno de los 100 Visionarios en Salud (100 Top Healthcare Visionaries), un galardón otorgado por el Foro Internacional de Avances en Salud de Estados Unidos (IFAH). Este premio reconoce su carrera en la implementación de sistemas que han dado la posibilidad a más de 350.000 mujeres de tener acceso a un estudio de mamas de la misma calidad que los que se realizan en Nueva York o Londres.
El cáncer de mama es el cáncer más común en todo el mundo, superando al cáncer de pulmón, que ataca tanto mujeres como hombres. “Mamotest nació para digitalizar el sistema de salud, prestando atención a la salud de la mujer. Al digitalizar, evitamos que se prorrogue el servicio en zonas rurales, ya que el costo de viajes de los médicos es demasiado alto y las mamografías podían quedar meses sin ser revisadas por un profesional. Hoy en día los mejores médicos del país trabajan con nosotros estudiando las imágenes a distancia”, comenta Camila sobre el proyecto del que es directora de operaciones.
En la empresa, Mamotest, el 85% del equipo mujeres. “La desigualdad de género tiene innumerables manifestaciones; la mayoría son el resultado de un largo tiempo de priorizar ‘otras cosas’ en la agenda. En la salud, se visibiliza en algo tan prevenible como el hecho de que un diagnóstico y tratamiento a tiempo pueden salvar casi al 90% de las mujeres, pero hoy se mueren 52.000 al año en Latinoamérica por falta de recursos y atención del sistema de salud. La solución es simple, pero le falta prioridad”, afirma De Pamphilis.
Durante la pandemia, Camila trabajó arduamente para mantener los centros Mamotest operativos al ser considerados como esenciales para el sistema de salud. De esta manera logró que estos centros tuvieran una caída en estudios del 27%, dos veces menor a la caída del promedio nacional, que fue del 67%. La continuidad de los exámenes procura que los casos de cáncer no avancen en las mujeres que realizan la detección temprana, ya que un año de un cáncer no tratado puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
“Es hora de ocuparse de la salud de las mujeres. La atención médica debe tener un enfoque preventivo en lugar de reactivo para salvar millones de vidas y miles de millones en costos y tratamientos de atención médica. Nuestras campañas de educación y generación de demanda de mercado están enfocadas en esta premisa”, reflexiona Camila e invita a todas las mujeres mayores a 40 años a realizarse sus estudios una vez por año y ganar la paz de vivir libres de preocupaciones.
Camila dice que el 70% de los mamógrafos en Argentinas son analógicos, los cuales reducen las chances de detectar un tumor en su estapa más temprana. “Nosotros trabajamos con equipos digitales que tienen la capacidad de mostrar con más detalle las imágenes, lo cual aumenta mucho los diagnósticos tempranos“. El software que ella desarrolló se trata de un sistema que permite subir las mamografías digitalizadas a un banco de datos online, donde un especialista, en menos de 24 horas, las analiza y propone un diagnóstico.
Gracias a esta innovación, Camila y su equipo lograron aumentar un 600% cantidad de estudios que se hacen las mujeres en los lugares donde trabajan. “Tenemos centros en Corrientes, Chaco, Misiones, Jujuy y Santa Fe. En algunas provincias, el acceso es gratuito. También trabajamos en todas las obras sociales, sin cobrar ningún plus. A demás, ofrecemos una tarifa para los que no tienen obra social, la cual está un 50% por debajo del valor del mercado. Y donamos entre el 5% y el 10% de las mamografías anuales, para mujeres que no están en condiciones de pagar el estudio“. Desde que arrancó a funcionar, este sistema ya diagnosticó a unas 360.000 pacientes. “Alrededor del 2% de ellas son de riesgo. De esas pacientes, el 80% tienen cáncer. Y de ese porcentaje, el 90% logró tener acceso a un tratamiento a tiempo que les salvó la vida“, concluye.