Empezó a dibujar en vivo para que le crean que lo hace él. Juan Méndez ya hizo murales y estuvo en la Comic Con.
“En las vacaciones de invierno estuve dibujando todos los días, jugué al fútbol, estuve en El Socorro, un pueblo cerca de Pergamino, donde vivo. También estuve con papá y mamá y fui al cumple de mi tía. Jugué a la Play, un rato al celu… Me gusta mucho el fútbol. La pasé re bien”, resume Juan Méndez con la frescura de un chico de 11 años.
Niño prodigio del arte, Juani, o simplemente “Dibu”, tiene el mismo apodo que Emiliano Martínez, el arquero de la Selección Argentina campeón de la Copa América en el Maracaná. Comenzó a dibujar y a pintar desde que tiene uso de razón.
Un día, la maestra del jardín quedó asombrada por sus dibujos cuando apenas tenía tres años. “Presten atención porque Juani hace los cinco dedos y los otros no hacen ni la mano”, les advirtió la “seño” a sus padres Angie y Juan. “Me gusta pintar. Siempre lo hago, es algo que necesito hacer todos los días para sentirme bien. Si no pinto o no dibujo no puedo dormir”, exagera un poco Juani.
Ahora, con 11 años y medio –nació el 15 de diciembre de 2009– dibuja y pinta como si fuese un adulto: los personajes del cómic, animé y superhéroes son sus favoritos. También hace realismo y pinta murales con una técnica asombrosa como autodidacta. ¿Su sueño? Conocer a Messi y, sobre todo, trabajar como dibujante en Marvel Studios o en DC Comics, dos gigantes estadounidenses en la industria cinematográfica y en la editorial del cómic, respectivamente.
“Lo que más me gusta es pintar, es lo que le da el toque al dibujo. Cuando ves el boceto principal lo ves muy plano pero cuando lo pintás le da más vida al dibujo. Por eso me gusta más”, explica con mucha soltura. Juani pinta con lápices y marcadores, en acrílico y en acuarelas y de a poco se va animando a la técnica del dibujo digital, aunque todavía tendrá que sumar más experiencia en el uso de la tecnología.
Su historia
Nacido hace 11 años en Pergamino, una ciudad ubicada al norte de la provincia de Buenos Aires, a 110 kilómetros de Rosario y a 222 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, lleva una vida normal, acorde a su edad, aunque el dibujo lo atrapa por completo: pinta dos o tres horas por día. Ahora se anima al realismo, por eso hay cuadros que le llevan un poco más de tiempo. Gokú y los personajes de Dragon Ball Z son sus grandes inspiraciones.
También estudia y juega al fútbol con sus amigos. Es hincha de Boca y fanático de Maradona, como su padre, y ama a Messi, a quien le gustaría conocer. “Me gusta mucho Diego, no soy de su generación pero me encanta”, dice. Cristiano Ronaldo, Ronaldinho, Juan Román Riquelme y Carlitos Tevez, a quienes retrata a menudo, también está entre sus favoritos.
¿Cómo aprendió a dibujar y a pintar? A los 2, 3 años rayaba las paredes con los lápices, marcadores y fibrones que había en la casa. Entonces, sus padres, Angie y Juan (ninguno es artista plástico), le pusieron tutoriales de dibujo y pintura en YouTube y así fue aprendiendo solo, como todo autodidacta.
También mira series y películas con sus padres. Luego, busca en internet una imagen de sus ídolos, personajes del cómic o superhéroes de Marvel que le gustan (Batman, Capitán América, Spiderman, Hulk, Ironman o Dragon Ball Z, entre otros) y las toma como referencia para hacer sus creaciones que resultan tan fascinantes, con tantos detalles que asombran a su temprana edad.
Ahora, son los YouTubers los que lo siguen en @dibujuani, su cuenta de Instagram con casi 18.000 seguidores, entre ellos, algunos artistas destacados y muralistas como Martin Ron y Maxi Bagnasco, su gran referente.
En las redes publica sus trabajos actuales comparándolos con los dibujos que hizo cuando tenía 3 y 5 años, mostrando su evolución. También postea su proceso de producción con los bocetos y sus cuadros terminados en Instagram, Facebook y Tik-Tok (@dibujuaniok). “Genio!! “Tenés mucho talento! Te felicito!!!” “Estás loquísimo. Me encanta!”, son algunos de los comentarios de sus admiradores. También le mandan sus dibujos por privado para evaluarlos.
“Mis dibujos de más chicos están deformados. El martillo de Thor parece un coso enorme con un cuadrado así, nada que ver con los que hago ahora. Después lo veo y me gusta un montón cómo queda”, se ríe Juani.