Tenis para ciegos: conocé Full Tenis Argentina, un proyecto que no para de crecer

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El AVEFA Open 2022 es un torneo de tenis adaptado para personas con discapacidad visual aguda que se realiza en la asociación vecinal homónima. Este miércoles por la mañana José Viera se coronó campeón del certamen luego de vencer a Roberto Masotta por 7-9, 6-4 y 7-5.Fue una final apasionante que duró más de dos horas y se transmitió por el Instagram de la escuela que organiza dicho torneo desde el 2018: Full Tenis Argentina.

José y Roberto son dos de los máximos exponentes del país. Ellos se destacan en una actividad que todavía está floreciendo. Allá por 2013, dieron sus primeros pasos bajo la tutela del profesor Gastón Labaronnie, uno de los pioneros de la actividad en Argentina. Casi una década después, el torneo los encontró como finalistas.

Labaronnie está a cargo de Full Tenis Argentina, una escuela que funciona en la Asociación Civil de Vecinos Florentino Ameghino (AVEFA), fundada en 1985 por vecinos de Boedo. Hace cuatro años que da clases allí y da la sensación de que encontró su lugar en el mundo.

Gastón no se guardó elogios para uno de sus ex alumnos. “Roberto Masotta es el número uno de la Argentina. Cada vez que se hace un torneo lo gana o llega a la final”, cuenta orgulloso.

La semilla fundacional de todo esto fue plantada en 2012, cuando se mudó de Trenque Lauquen, donde daba clases en su cancha privada, a Capital Federal en busca de nuevos horizontes. “Estaba muy verde, hubo mucha prueba y error”, confiesa sobre aquella etapa. Pero con el tiempo encontró la forma en la que “un ciego pueda jugar al tenis bien y rápido”. Tuvo que reconvertirse. Aprender para poder enseñar.

El camino no fue fácil, pero los tropiezos del comienzo le sirvieron para formarse. “Lo primero que intenté hacer era pintar un panorama desde lo oral. Pero me pasaba de texto. Después aprendí a simplificar. Para mi fueron necesarios los errores. Prueba y error. Y basarme en los resultados”, dice. También tuvo que adaptarse a las personas y a los tipos de ceguera. “Porque no es lo mismo alguien que es ciego de nacimiento que alguien que tiene ceguera adquirida. Ahí se me abrió otro mundo”, agrega.

Tenis para ciegos: el arte de hacer posible lo que parece imposible y un  proyecto que no para de crecer

En 2012 comenzó esta aventura, la de enseñarles a jugar al tenis a personas que no pueden ver. Sus primeros pasos los dio en Caballito y luego, en 2018, llegó a AVEFA. “Es una comunidad ejemplar”, dice Gastón sobre este lugar. Empezar de cero no es fácil, sobre todo en una actividad donde el camino se hace al andar.

AVEFA, una comunidad ejemplar

“Si vos vieras las primeras imágenes”, recuerda con una sonrisa. “Teníamos una red de voley colgada con dos sillas caídas, los peores horarios posibles, un caos. Nos empezamos a acomodar ahí y de a poquito fuimos creciendo”, agrega.

El tiempo ordenó las cosas y lograron generar un equipo de profesores y alumnos que permanece con los años. “Ahora somos un equipo bastante grande. Somos una familia, una comunidad”, cuenta Gastón. El orgullo que siente por ser parte de este proyecto es inmenso. Un segundo hogar.

En AVEFA, además de las clases de tenis para personas con discapacidad visual aguda a cargo de Labaronnie, se puede hacer fútbol, boxeo, gimnasia, yoga, zumba y otras actividades más. Un punto de encuentro donde la comunidad pone lo mejor de sí.

“Si tenemos un torneo vienen los viejos amigos. Si yo mando ‘hay torneo en tal fecha’, todos levantan la mano para participar. Hay una madre de familia que al principio llevaba a los nenes para que vivían la experiencia y colaboren. Y ahora ella viene a la mañana, se queda juntando las pelotas con nosotros, lleva facturas. Se armó algo muy lindo. Está buenísimo. A mí me cuesta creerlo, es muy loco. Me llena de orgullo”, afirma Gastón.

Full Tenis Argentina es el punto de encuentro. Si bien el primer AVEFA Open fue en 2018, la semilla fundacional fue plantada por Gastón en 2012, cuando dejó su ciudad natal para venir a la jungla de cemento donde dejó atrás la sana costumbre de dormir la siesta.

“Yo a todos los torneos que hago le pongo el ‘Open’ atrás”, confiesa entre risas. También comenta que la Asociación Argentina de Tenis acompaña, pero poco. Sin financiamiento estatal y sin cobrarles cuota a sus alumnos, se la rebuscan como pueden. Un proyecto a pulmón que da sus frutos.

Algunas diferencias que se pueden observar en el tenis adaptado: la cancha tiene 12,80 por 6,10 metros. Las líneas están marcadas con una soga adherida al piso con cinta adhesiva. Además, se utilizan raquetas de tenis junior y pelotas sonoras de gomaespuma que tienen 9 centímetros de diámetro.

El proyecto: crecer en el país

“Hay dos jugadores argentinos que fueron al Mundial y quedaron en el Top 10. Acá practicaban con pelotas que no picaban, pegadas, hubo mucha diferencia. Pero el nivel es muy grande”, confiesa Labaronnie, que tiene su mente puesta en el futuro.

“Sin este proyecto, enseñar tenis me daría gusto a poco”, reflexiona Gastón. Y añade: “La escuela la mantenemos con una idea en paralelo: marcar los tiempos de lo que queremos que sea para todo el país. Estamos haciendo, de alguna manera, los primeros ejemplos para que más adelante sean muchos más”.

El proyecto está claro: mantener encendida la llama del tenis para ciegos en el país e iluminar este deporte. Su sueño es ver más escuelas que funcionen durante todo el año. “Lo nuestro es un fuego que no se apaga”, le confiesa a este cronista. A esta altura da la sensación de que nada ni nadie podrá apagarlo. Viera y Masotta son testigos de ello.

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