Sufrió la muerte de su madre, decidió dejar todo y vivir una vida en contacto con la naturaleza: la historia de Agustina Echegoyen

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Agustina se sentía sumergida en una presión por la perfección. Ella no era consciente de eso, ya que, en su momento, solamente le importaba tener linda ropa, verse espléndida y sonreír. Pero dentro de esa perfección, algo comenzó a incomodarla. Todo parecía ir bien, hasta que un día recibió un llamado que no fue alentador. “Mi papá me dijo que mamá estaba muy enferma. Si existía en este mundo una persona con una espiritualidad trabajada y pura, esa era mi mamá. Maestra de reiki, terapeuta transpersonal, coordinadora de constelaciones familiares y un ser único, esa era mi mamá. ¿Por qué a ella?, pensé. ¿Por qué alguien que podía pensar en todos y sentir empáticamente el dolor de los otros podía enfermar?”, le contó Agustina al medio Infobae.

La madre falleció, y Agustina hizo un click mental: “Mi vida estaba entregada a ella y a mi trabajo porque mientras esto ocurría, no sé por qué yo seguía sosteniendo ese otro mundo. Cuando atravesamos estas situaciones de vida se produce ese raro cruce en el que las cosas cotidianas comienzan a ser extrañas y lo singular se hace cotidiano. Este fue el principio de mi cambio. En ese momento central de mi vida me replanteé el desafío de vivir de una manera más consciente”, continuó relatando la joven. Al ver como la vida se puede terminar tan rápido y de un momento a otro, Agustina se preguntó si estaba haciendo lo que realmente le hacía feliz.

A las pocas semanas de su partida decidí renunciar a mi trabajo para cumplir el sueño que tenía con ella desde hacía mucho tiempo: conocer Bali”, agregó. Y su vida cambió para siempre. Así es como nació la comunidad “Mujeres Conscientes”, se trata de un movimiento que empodera a las mujeres vinculadas con el yoga, hábitos saludables, el surf y stand up paddle. Agustina explicó que antes de la pandemia organizaba retiros en diferentes lugares del mundo como, por ejemplo, Costa Rica, Uruguay, Sierra de los Padres, Bali, entre otros. Luego, tuvo que adaptarse a la modalidad remota, y comenzó a ofrecer Workshops, Talleres, Mentorías y clases online. “Cada día me sorprendo más con la participación de la gente…por suerte ahora podemos retomar algunos retiros presenciales y en enero volvemos a Costa Rica”, contó Agustina, que pateó el tablero y encontró una nueva vida, ayudando al prójimo y siendo feliz en su plenitud.

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