Sufría depresión y encontró una salida en la costura

Historias para contar Slider costado

Ellen Abigail Zenavilla tiene 21 años, vive en Córdoba y está detrás de un emprendimiento que la “rompe” en la provincia y el país. Cuando tenía 19, sufrió una depresión que la “dejó tirada en la cama”, pero un curso de costura fue su salida.

Con su corta edad, Abigail es la protagonista de una historia de esfuerzo y resiliencia, que logró superar gracias al acompañamiento terapeútico y la llegada de su nueva pasión: la confección y diseño de lencería.

 “Estuve en una relación muy tóxica que me llevó a una depresión muy grande. Era época de pandemia así que me pasaba todo el día llorando en mi cama”, recordó Abigaíl en diálogo con Vía Córdoba. La situación fue tal que desembocó en una gastritis nerviosa y alopecia.

“Los médicos no sabían que tenía, eran costras en la cabeza. En momento, se me empezó a caer el pelo de a mechones. Yo ya no veía una salida. Literalmente quería morirme, no aguantaba más”, expresó.

Fueron varios meses en los que Abigail no pudo contar lo que estaba pasando, hasta que un día decidió contar todo lo que sentía. Ese fue el inicio de su recuperación. “Un día lloré tanto que me sentí aliviada y dije ‘ésta vez va a ser la última’. Me levanté y le pedí ayuda a mi familia”, precisó.

La joven aprendió a coser a través de un curso online y con videos de Youtube.

La situación desembocó en una serie de consejos que le permitieron a Abigaíl comenzar a salir de ese momento. “Tenía plata ahorrada así que decidí empezar la psicóloga y abocarme en lo que me gustaba: la lencería; así que comencé un curso por internet para aprender a coser”, contó.

“Desde ese momento empezó a cambiar todo. Pasé de estar tirada en una cama a disfrutar la vida. Fue todo un proceso”, detalló. El curso fue complementado con videos de youtube y artículos de internet que le permitieron comenzar a confeccionar sus propios productos.

Cuando el proceso de aprendizaje estuvo afianzado, Abigail apuntó a crear su propia marca de lencería. La emprendedora recordó que comenzó confeccionando y vendido tres conjuntos de ropa interior y dos buzos, para poder seguir invirtiendo.

Los primeros conjuntos que vendió la joven para poder invertir en su idea.

 “De julio a septiembre intenté lanzar mi propia marca, con 50 conjuntos que tardé más de un mes en hacerlo. Cuando lancé todo el 14 de septiembre fue una locura lo que vendí”, recuerda la creadora de Ellen Lingerie.

Actualmente, Abigail diseña, cose y comercializa lencería a medida. “Son prendas que representan empoderamiento, sensualidad y libertad para la mujer”, destacó. Si bien continúa con su taller en casa, su emprendimiento tiene clientes en más de cinco provincias.

Su emprendimiento apunta al empoderamiento y sensualidad de la mujer.

Aunque el resultado fue exitoso, Abigail expresó que el proceso no fue nada fácil y todo cambió cuando tuvo el valor de levantarse y pedir ayuda. “Si no fuera por mi psicóloga, no hubiese salido adelante. Ella fue el empujón que me permitió sacar mi potencial y encontrar esto que tanto me apasiona”, finalizó.

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