Santino Herrera hace un año y medio que baila y ya fue becado para audicionar en Princess Grace School en Mónaco. La historia del nene que divide su vida entre los cuidados a su madre y la danza.
“Todos tenemos un lugar en la danza”, dice la descripción de las redes sociales de la escuela de ballet de Andrea Montero. La maestra de la ciudad de Salta, recibe a los niñas y niños de la zona y beca a aquellos que no cuenten con el dinero para cubrir los gastos de las clases. Lo hace con unas pocas -pero contundentes- condiciones: esfuerzo, dedicación y pasión por la danza.
Santino Herrera es uno de los niños que logró demostrar todo eso y aprovechó al máximo cada posibilidad. Con un papá ausente y una mamá con esclerosis múltiple avanzada a la que debe cuidar parte de su tiempo, el joven hizo valer la oportunidad que su maestra le había dado. A tan solo un año y medio de comenzar su formación en el ballet, audionó y ganó becas para las escuelas Princess Grace School en Mónaco y Allettschule Theater Basel en Suiza.
“Yo busco gente que venga, exijo trabajo y amor por esto”, explicó Montero. “Y Santino supo aprovechar eso, aparte de que también tiene un talento natural para la danza”, aclaró.
Con una sonrisa tímida en la cara, Santi se define a él mismo como una persona “extrovertida, amable y alegre”. A la beca en Mónaco no se la esperaba. “Me sorprendí mucho de mí mismo”, indicó a TN. Para el joven de 15 años, la experiencia de audicionar en Salta y luego viajar a Buenos Aires, ya fue sorprendente de por sí. Pero ganar dos becas estaba fuera de su imaginación. Es que toda su carrera de la danza se fue dando de una forma casi natural e institiva. Santino contó que cuando le propusieron bailar en la escuela de Andrea, dijo: “puedo probar”. Hoy, agradece la posibilidad y también haberla aceptado.
La escuela de Mónaco
Junto a su maestra, escogieron la beca de Princess Grace School en Mónaco. Pero para Santino el desafío no era solo técnico o artístico, sino también económico. “Aseguremos un futuro para Santi”, así llamó Andrea a la campaña que inició para hacer posible el viaje de su alumno. “Nos sorprendió mucho la solidaridad de la gente y logramos solventar los pasajes, la estadía y las comidas de Santino durante esa semana”, afirmó Andrea.
Los alumnos becados de Andrea que van a viajar son dos: Santino y Martina. Ambos viajarán a Mónaco. Si bien para los dos este viaje significa una posibilidad y un gran esfuerzo, la maestra destacó que para Santino puede significar su futuro, porque las posibilidades financieras son diferentes a la de su compañera.
Finalmente, tras haber obtenido lo necesario para viajar, Santino parte hacia su aventura este 25 de febrero y llegará a Mónaco el día después. Tomará clases con algunos de los mejores docentes del mundo durante una semana y pasará todos sus días en la escuela, donde tienen un internado. “Lo bueno de esta posibilidad es que durante esa semana a los bailarines los evalúan y a algunos de ellos les dan becas o medias becas para estudiar como alumno regular en la escuela”, precisó Montero. Tanto la maestra como Santino, sueñan con obtener una beca completa así el niño puede seguir cumpliendo sus sueños.
Santino en la danza
Santino llegó al salón de Andrea junto a la mujer que adoptó como su abuela. “Es una señora, una buena samaritana que lo ayuda a él y cuida de su mamá, no es su abuela pero es como si lo fuera”, contó la maestra. “Una amiga en común con esta mujer me había comentado de él y yo le dije que viniera”, indicó.
Santino, venía de tomar algunas clases durante unos pocos meses en una escuela de ballet pública. “El nivel que tenía por el poco tiempo que había ido era principiante”, recordó la maestra. De esa manera, Santino empezó casi de cero hace menos de dos años.
En julio de 2022, a tan solo un año de su comienzo formal en la danza, Santino audicionó para participar de la beca en Mónaco. Quedó seleccionado en Salta y en noviembre de 2022 participó del certamen en Buenos Aires. Al regresar a su provincia, se enteraron de los resultados y comenzaron a planear su viaje.
Mientras su maestra lo ayudaba a solventar los gastos económicos del viaje, Santino seguía practicando. Generalmente, en cada día hábil de la semana toma tres horas de clase. Luego, si hay ensayos extras para muestras o shows, se suelen realizar los sábados. Pero durante este último tiempo, Santino estuvo practicando para el desafío que deberá superar en Mónaco.
“Cuando volvimos de Buenos Aires y nos enteramos de la noticia, nos tomamos solamente una semana de vacaciones y luego comenzamos a ensayar”, narró Montero.
Ahora Santino tiene vacaciones escolares, pero durante el año divide su tiempo entre las jornadas académicas por la mañana y los cuidados de su madre y la danza por la tarde. “Yo paso mucho tiempo con mi mamá, cada rato que tengo entre la escuela y la danza”, explicó el niño. “Voy a la escuela, después me tomo unas horas de descanso y más tarde vengo a clases de danza”, relató.
Santino quiere dedicar su vida a la danza. Cuando piensa en su futuro, se ve como bailarín, y se olvida de los obstáculos. La danza para él, es aquello que lo hace olvidarse del resto de su vida, de lo bueno y de lo malo. “Me olvido de todo, yo escucho la música y siento eso nada más, no sé cómo explicarlo”.
Andrea sostiene que esta es la posibilidad de Santi de garantizarse ese futuro que sueña. “Esta audición significa abrir una puerta a lo mejor de la danza en el mundo, la escuela casi garantiza un futuro como bailarines profesionales en las mejores compañías”, destacó y agregó que “eso, para Santi, sería maravilloso”.
FUENTE: TN