Es miembro de la organización Guardianes por la vida. Habló desde la cumbre climática donde se encuentra participando en nombre de las infancias. Le reclama a los líderes mundiales que gobiernen pensando en el futuro.
Francisco Vera Manzanares es un nene colombiano de 12 años que se autodefine como un “activista ambiental en defensa de la vida”. Mientras participa de la COP26, la cumbre climática que se lleva a cabo en Glasgow hasta el 12 de noviembre.
Francisco forma parte de Guardianes por la vida, un movimiento de niños y niñas que luchan contra el cambio climático. Sus ambiciones no son escuetas: “Me gustaría un clima mejor, una educación mejor, cero hambre, menos desigualdad y menos pobreza”, afirma sin dudarlo. “En Glasgow estoy representando la voz de los niños, la voz de muchos ciudadanos porque eso somos”, dice convencido de sus derechos. Cuando le preguntan qué le gustaría, sin dudarlo Francisco dice: “Que pase lo que está sucediendo en la COP, se supone que los gobiernos deberían tener compromisos climáticos ambiciosos”.
Sobre esto, el activista climático de 12 años, explica que aunque ha habido climas “re distintos” en la historia del planeta desde, el cambio climático que se está dando en los últimos años es “gravísimo”, porque es sumamente acelerado. Con mucha precisión a la hora de explicar los procesos climáticos que atraviesa el mundo, Francisco explica que estamos viviendo la sexta extinción masiva de la especie, y poco a poco la temperatura va aumentando y va extinguiendo más especies.
La voz del presente
Para él los niños son “la voz del presente” y deben unirse en defensa de la vida. Incluso le dedicó unas palabras a los jovencitos argentinos: “Argentina es un país muy hermoso y bonito que deben cuidar y defender. Como niños y ciudadanos argentinos y del mundo se deben unir en una sola voz para el planeta y para su país”. Cuando le preguntan cómo se imagina de grande, no duda en su respuesta: “Yo me imagino de grande sirviendo desde las causas ambientales y de derechos humanos. Quiero servir”.
