Proyecto 4 Patas recuerda el rescate más difícil y la recuperación más hermosa que afrontaron

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A un año del rescate de Aloe, la perrita que hallaron sumergida en un pozo de brea, la ONG Proyecto 4 Patas recordó cómo fue el proceso de sanación de Aloe, reivindicando el arduo trabajo de las protectoras de animales.

El febrero de 2020 la encontraron gracias a los ladridos de otros perros que la descubrieron. Unos niños que estaban jugando por la zona se percataron de la situación y alertaron a sus padres, que se involucraron y llamaron a los Bomberos Voluntarios de Libertad. Estos últimos dieron aviso a “Proyecto 4 Patas”, una organización sin fines de lucro que lucha contra el abandono, el maltrato y el sufrimiento animal. 

“Esa noche fue inolvidable”, recuerda Carolina Martin, directora y cofundadora del proyecto, en diálogo con Filo.News. “En primera instancia los bomberos voluntarios, se encargaron de sacarla del pozo de brea y cuando llegamos al lugar tuvimos que despegarla del piso, con mucho cuidado usando aceite”, detalló. 

Aloe, casi milagrosamente, estaba viva gracias a que los dos orificios de su nariz estaban libres de la sustancia. Después de nueve horas de trabajo, 50 litros de aceite y tres baños con detergente finalmente “aparecieron sus pelitos sin brea”. 

“Se convocó esa noche a todos los voluntarios, no sólo para que ayudaran a retirarle la brea, sino para que trajeran el aceite de sus casas o compraran en los supermercados abiertos a esa hora. Todo el proceso de limpieza se hizo con aceite de cocina, lo único que existe no tóxico”, explicó Carolina. 

“Ocho voluntarixs trabajaron toda la noche” y una vez liberada de la brea, comenzó la recuperación “paulatina” del animal”, destacó Carolina.

Después del terrible episodio Aloe tuvo su final feliz. Afortunadamente no le quedaron secuelas, fue adoptada por la propia ONG y hoy, con 10 años de edad, luce un pelaje hermoso.

“Es muy amorosa, amigable con los otros perros y las personas. Es muy compañera y le encanta andar en auto, así que participa de las actividades que llevamos a diario: rescates, visitas al veterinario, idas a los tratamientos”, cerró Carolina. 

Por último, desde la organización reflexionan y declaran que la felicidad actual de Aloe no se debe a un milagro sino a “la suma de voluntades y el esfuerzo colectivo”. Hoy la perrita adulta está viva gracias a “todas las personas que se involucraron” para transformar una situación injusta. “El niño que alertó a su familia, la familia que fue a buscar a los bomberos, los bomberos que fueron a sacarla de la brea, y nosotrxs que le dimos la asistencia”, concluyó su cofundadora. 

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